Mi reciente convalecencia durante los días de Semana Santa me ha dado la oportunidad de verme todas las películas que hacían por TV referentes a estas fechas: La Pasión, Las Sandalias del Pescador, Quo Vadis... Y viéndolas todas he llegado a una conclusión: Los personajes bíblicos, tanto del viejo como del nuevo testamento no tienen ningún mérito.
Semejante blasfemia viene a cuento al comprobar cómo son todos bastante desconfiados y poco creyentes con el ser supremo. Pongamos algunos ejemplos:
El pueblo judío: Va un tío que podría haber sido Faraón y acepta su condición de esclavo. Les libera de las garras de los egipcios a base de llenar los ríos de sangre y diversas calamidades que infringe al enemigo, ABRE LAS AGUAS para que pasen todos y se ahoguen sus perseguidores... Va el hombre y se ausenta unos días y... ¡los otros van corriendo a hacer un vellocino de oro! Serán desagradecidos.
El propio Moisés tampoco tiene mucho mérito. A él le habla Dios directamente, sin intermediarios eclesiásticos ni nada. Va Moisés andando por ahí cuando de pronto se abre el cielo y Dios le dice tal o cual cosa... Así también hago yo lo que me digan.
O Job. Si a mi me viene Dios y desde el cielo escucho una voz que me dice que mate a mi hijo... No sé yo si me resistiría... Eso debe acojonar mucho, ¿no? Que te hablen desde el cielo.
¿Y los apóstoles? ¡Joder, que vivieron con Jesús tres años! Que ya da tiempo a darse cuenta de que es quien dice que es, ¿no? Yo veo que un tío anda por las aguas, cura enfermos, reproduce panes y peces... ¡Resucita a Lázaro! Y yo claro que me lo creo que es el hijo de Dios. Más mérito tienen todos los que se lo creen 2.000 años más tarde. Pero va y le crucifican al jefe y ¡los tíos se esconden! ¡Y tampoco se creían lo de la resurrección hasta que lo vieron con sus propios ojos! De verdad que los apóstoles eran regular, nada más...
En fin, Juan eslava acaba de sacar un libro muy divertido que va sobre éstas y otras cuestiones parecidas. Si tenéis tiempo...
Semejante blasfemia viene a cuento al comprobar cómo son todos bastante desconfiados y poco creyentes con el ser supremo. Pongamos algunos ejemplos:
El pueblo judío: Va un tío que podría haber sido Faraón y acepta su condición de esclavo. Les libera de las garras de los egipcios a base de llenar los ríos de sangre y diversas calamidades que infringe al enemigo, ABRE LAS AGUAS para que pasen todos y se ahoguen sus perseguidores... Va el hombre y se ausenta unos días y... ¡los otros van corriendo a hacer un vellocino de oro! Serán desagradecidos.
El propio Moisés tampoco tiene mucho mérito. A él le habla Dios directamente, sin intermediarios eclesiásticos ni nada. Va Moisés andando por ahí cuando de pronto se abre el cielo y Dios le dice tal o cual cosa... Así también hago yo lo que me digan.
O Job. Si a mi me viene Dios y desde el cielo escucho una voz que me dice que mate a mi hijo... No sé yo si me resistiría... Eso debe acojonar mucho, ¿no? Que te hablen desde el cielo.
¿Y los apóstoles? ¡Joder, que vivieron con Jesús tres años! Que ya da tiempo a darse cuenta de que es quien dice que es, ¿no? Yo veo que un tío anda por las aguas, cura enfermos, reproduce panes y peces... ¡Resucita a Lázaro! Y yo claro que me lo creo que es el hijo de Dios. Más mérito tienen todos los que se lo creen 2.000 años más tarde. Pero va y le crucifican al jefe y ¡los tíos se esconden! ¡Y tampoco se creían lo de la resurrección hasta que lo vieron con sus propios ojos! De verdad que los apóstoles eran regular, nada más...
En fin, Juan eslava acaba de sacar un libro muy divertido que va sobre éstas y otras cuestiones parecidas. Si tenéis tiempo...
2 comentarios:
Creo que hoy en dìa las personas con mèritos reales no figuran en ninguna tapa, en ningun film, son los anònimos, los que no van a tener jamàs una primera plana. Sòlo es mi opiniòn. De mi blog vos podes tomar lo que quieras, titulos, palabras sueltas, lo que quieras.
Gracias por el ànimo de siempre.
un abrazo, Vero.
Bueno, bueno... si Abraham (que era otro que tenía alucinaciones visuales y auditivas), Job y los demás visitaran la consulta de mi amiga Mati (psiquiatra) su diagnóstico sería de esquizofrenia, como poco.
...Y no olvidemos los dolores de cabeza que durante toda su vida debió de padecer José el carpintero, p.p. de Jesús, porque creerse lo del ángel y el espíritu santo tiene bemoles...
:-P
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