El fin del mundo

Nostradamus y los Mayas coinciden en decir que el mundo se acaba tal y como lo conocemos en 2012... (El Canal Historia está haciendo estragos en mi mente). El francés incluso da el día concreto, el 21 de Diciembre, no sé si los americanos también...

Este amenazador dato me hace reflexionar sobre un par de aspectos. El primero es que no habrá que comprar lotería para ese año, porque los niños de San Ildefonso cantan las bolas de El Gordo el día 22... No habrá tiempo de que rueden los bombos.

La siguiente idea que me ha venido a la cabeza es que al Sevilla FC le quedan tan sólo ésta y dos ligas más para intentar ser campeón, porque del último campeonato sólo se podrá ser campeón de invierno, un título que no está reconocido.

A los partidos políticos sólo les quedan unas elecciones generales más o menos, así que ZP o Rajoy pueden ser los que presidan el juicio final. Si el PP no gobierna seguro que le echa la culpa de todo al PSOE, y también dirá que ese juicio es contra ellos y que los socialistas controlan todas las instituciones...

Así que como nos queda tan poco, me parece que la gente hace bien yéndose a Nueva York... o a París... (¡buenos destinos, si señor!) a disfrutar de su tiempo, del que nos queda. Yo hace un tiempo que aprendí que cada día tiene 24 horas y que hay que sacarle el máximo partido a cada una de ellas. Cuando me acuesto intento reflexionar sobre todo lo que he hecho, las cosas que me gustaría para el día siguiente... Y hacer que cada día merezca la pena, que cada jornada cuente. Cuando llegue el fin del mundo, ese que anuncia Nostradamus, me pillará en una cancha de baloncesto, o escribiendo, o leyendo en un parque, y me gustaría que estuvieran conmigo a los que quiero, sino, al menos sé en quien estaré pensando. Con eso me bastará.