Sé que corro el riesgo de comenzar a perder visitas a este blog por ponerme pesado con ciertos temas. Sé que me van a acusar de hablar siempre de lo mismo, de ser un "papillita", de romántico empedernido, de cursi... Pero como que este blog lo escribo yo y además no me gano la vida con esto (de momento) pues yo a lo mío. Por otro lado sé que hay lectores a los que le gustan estas cosas...
Pues hoy vuelvo a lo del amor. Sí hombre, esa cosa que te pasa una vez y ya no la olvidas.
Y viene al caso que hace poco publiqué que los científicos habían demostrado que el amor verdadero existe. Este fin de semana los químicos aseguran que ellos tienen mucho que decir respecto de este sentimiento. Un reportaje en El País habla de este tema, y el profesor Francisco Muñóz de la Peña, del IES Carolina Coronado de Almendralejo lo hace en una web en un artículo divertidísimo titulado La química del amor.
Ambos son muy buenos y básicamente dicen que al poco de nacer, entre los cinco y ocho años, hacemos un molde de lo que vamos a buscar el resto de nuestra vida y que cuando lo encontramos comenzamos a generar sustancias químicas y producimos adrenalina y nonadrenalina y nuestro cuerpo entra en ebullición.
Según el profesor Muñoz de la Peña, el verdadero enamoramiento viene cuando se produce en el cerebro FENILETILAMINA, un compuesto de la familia... ¡de las anfetaminas!!!! Si es que todos somos un poco enganchados...
Y añade: "Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxitocina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño." Quien no recuerda esas noches en un coche en un descampado, con una mantita e incluso una pizza del Sloopy...
En el artículo hablan de que algunos científicos se dieron cuenta de todo al hacer unos experimentos con personas que tenían "mal de amores", ya que éstos, sin la persona amada, comían compulsivamente gran cantidad de chocolate, una sustanacia especialmente rica en feniletilamina. vaya, un sustitutivo. Eso explica muchas cosas, ¿verdad?
Quisiera añadir dos cosas de cosecha propia:
La primera es que si es verdad todo esto, cosa que no dudo, habría que instar a Bayer, o mejor a Kern (que ahí tenemos mano y además son más baratos) a que hicieran unas pastillitas que nos dieran feniletilamina en las dosis adecuadas. Con ellas podríamos hacer dos cosas, tomárnoslas para pasar el "mono de amor", o dárselas a quien creamos oportunos y ponernos al lado para ver si se enamoran de nosotros.
Lo segundo que tengo que decir es que desde este momento queda expresamente prohibido mirar en mi nevera y en mis cajones varios. Y si alguien mira desde este momento aseguro que "todo ese chocolate que hay ahí no es mío. Me lo han puesto ahí. ni las tabletas, ni el turrón, ni el nesquick, ni las galletas Cuétara, ni el helado. Todo eso no me pertecene y no sé qué demonios hace en mi casa".
5 comentarios:
jajajaja.. me hiciste reir mucho con el final del post.. bueno, la verdad es yo en estos dias me comprè algunos postrecitos de chocolate.. pero mm.. preferiria yendo a lo del post no tener que recurrir a ellos, es decir "lo otro" me resulta mucho màs disfrutable...
Por otro lado, la idea de dar la pastillita a quienes nosotros queramos no esta nada mal... pero vaya a saber.. mira si le hace efecto y se enamora de otra!!! besooo! Vero.
jajajaja.. me hiciste reir mucho con el final del post.. bueno, la verdad es yo en estos dias me comprè algunos postrecitos de chocolate.. pero mm.. preferiria yendo a lo del post no tener que recurrir a ellos, es decir "lo otro" me resulta mucho màs disfrutable...
Por otro lado, la idea de dar la pastillita a quienes nosotros queramos no esta nada mal... pero vaya a saber.. mira si le hace efecto y se enamora de otra!!! besooo! Vero.
A ver, Sergio... lo que deberían inventar son innividores, o sea, pastillas que destruyan cualquier rastro de sensación amorosa que tengamos, por lo menos durante épocas de bajón, todo sería más fácil...
Y el chocolate es lo que tiene, que nunca sabes cómo ha llegado allí.
jajajajaja!!!, yo también me he reído un montón, eres genial!!!
Antes no era el momento de comentar nada en este post porque estaba en el cole... ¡Oye!, ¿servirá el gazpacho para pasar el "mono de amor"?, yo lo tuve como aliado, jajajaja!!!!!
Un gustazo leerte, Aurora.
Es que terminar en un coche con una mantita tiene que dejar huella por güitos!!, jajajajaja!!.
Lo mejor para pasar el mal de amores no es el chocolate,es tener muchos amigos de esos de los de verdad y sexo con sexo con más sexo sin amor.Así de claro.
Los amigos son los tesoros de la vida y si todo el mundo tuviera facilidad absoluta para satisfacer sus necesidades sexuales sin tabús y sin el temita judeo-cristiano de la represión sexual, el amor estaría en tan segundo plano...
Este método además de ser muy efectivo, es muy duradero.
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