Corriendo al Lope

El otro día me sentí intrépido. Tanto, que hasta cambié mi ruta habitual por la que llevo corriendo años y años. Sé que puede parecer una tontería pero no lo es, cuando uno está habituado a correr siempre por las mismas calles y de pronto se encuentra con otras la cosa cambia, cansa más, está uno desubicado, es como jugar un partido en campo contrario. Perola experiencia fue positiva porque así, sin comerlo ni beberlo, me encontré de pronto frente al teatro Lope de Vega de Sevilla, lugar en el que el 21 de marzo actúo con mis amigos de Neorama dentro del Festival internacional de Spoken Word. Y todo eso me dio cosas en las que pensar.

El Lope es para mi como para una persona del Barça el Nou Camp. Imaginemos a un niño que vive cerca del campo, que va al fútbol de pequeño, luego más mayor... y al final termina jugando él. Creo que tengo ese mismo sentimiento con el Lope. Habrá otros teatros en España, más grandes, con mejores programaciones si me apuras (aunque no muchos, os lo aseguro), pero no son el mío. y ese sentimiento de felicidad y responsabilidad se mezclan en mi cada vez que pienso en nuestra actuación dentro de dos meses.

Se trata del primer teatro al que entré en mi vida y al que más veces he asistido; un lugar que perdí unos años y que, gracias a la buena programación que oferta desde hace unos cuantos años, he podido recuperar. Ha habido otras actuaciones antes y habrá muchas más después, pero es posible que ninguna sea tan emotiva para mi. 

Y me encontré el teatro sin buscarlo conscientemente, como se encuentran las cosas que más quieres, sin ir a por ellas. Y cuando pasé por delante me alegré muchísimo, como sólo te alegras con las cosas y las personas que más quieres también. Así que si sigo intrépido voy a seguir corriendo por lugares distintos, para ver si me encuentro con sitios diferentes y que me den buen rollo. A lo mejor me llevan a tu puerta. Ojalá.