Ya he dicho en alguna ocasión que el baloncesto me ha dado en mi vida a los mejores amigos y que sólo los he conocido igual en la música y creo que sé los motivos. se trata del éxito común. Los deportes de equipo y los grupos de música se nutren del trabajo de diferentes personas que se unen para un bien común. Y ahí, los errores de uno son errores de todos, y los aciertos también. Y esa es una lección para la vida.
Ayer vi a Julián Martínez Armán y a Antonio Ruiz Barrera por la mañana. A ambos los he conocido gracias al baloncesto y hoy trabajan en grades puestos, uno es ojeador de un equipo NBA y el otro está en la oficina de promoción de Sevilla. Hacía años que no los veía pero tras tres minutos con ellos parecía que los hubiera visto hace tres días. ¿Quien ofrece eso?
Me pasa lo mismo con mis compis de equipo, es especial con Javi Gallego y con Manuel De Pablos, dos cracks con los mantengo una amistad que va más allá de lo racional. Javi siempre me pregunta por mi ex. La adora porque sabe todo. Manuel por el curro y demás. Siempre me da buenos consejos.
El deporte de equipo te da una concepción del mundo, del trabajo en común, que no te da nada más. Y es curioso que la música, años después me ha devuelto esas sensaciones. Si tienen un hijo no lo metan a tenis, mentanlo a algo que tengan que compartir. Baloncesto, balonmano, voley, un grupo de música... ¿No se trata de eso?
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