Ninguna noche dura tanto como las del Polo Norte y sin embargo pasados seis meses amanece. Ninguna lluvia es para siempre y tras las aguas siempre luce el sol. por eso es sano y no enferma el no perder la esperanza de ver qué pasará mañana. Quizás entonces las cosas cambien para siempre... Como cuando apareciste tú.
2 comentarios:
Amanece, que no es poco...
La esperanza nunca hay que perderla.... conozco a alguien que, tras muchos años presentandose a las oposiciones de educación (primero para enseñar en secundaria, últimamente para las de primaria), ha conseguido aprobar y sacar una tan deseada plaza; por supuesto, además de tiempo, ha invertido también mucho esfuerzo. La esperanza ayuda en el empeño, por eso nunca hay que perderla...
Publicar un comentario