La vida está llena de ciclos. Todos tenemos nuestras maneras de dividir nuestra vida. Incluso hay quien la separa de manera diversa. Por etapas de estudios: Cuando iba a párvulos, cuando iba a EGB, o a primaria, cuando iba a sexto, o a la ESO; cuando iba al instituto, cuando iba a la Universidad... Yo además, divido la mía por olimpiadas.
Mi primer recuerdo de mi mismo viendo una Olimpiada se remonta a Moscú 80. Vivía en Barcelona y recuerdo al osito Misha y una serie que hicieron de dibujos sobre la mascota. En concreto me acuerdo de un capítulo en el que el pobre osezno se orinaba en la cama y los compañeros se reían de él al grito de "¡Misha es un meon!, ¡Misha es un Meon!". Luego, de la competición sólo me acuerdo de una medalla en marcha de Llopart.
Pero la primera olimpiada que viví intensamente fue la de Los Ángeles 84. Era verano y me fui a Piedralabes (Ávila) con mi familia madrileña (quien no tiene una tía en Madrid). Allí me quedaba por la madrugada para ver todas las retransmisiones ante el estupor de mis tías que no entendían muy bien aquella afición. Allí vi la famosa final de baloncesto contra EE.UU. que se repite este año.
Seul 88 significa Sevilla, instituto, mi casa en la calle Viriato y tele con mando a distancia.
Barcelona 92 es Universidad, primeros trabajos, y nueva novia. De todas maneras, creo que para los sevillanos el 92 es diferente que para el resto de españoles. La Expo es muuuuucho más que la Olimpiada en nuestras vidas.
De Atlanta y Sidney sólo tengo recuerdos vagos, como si entrara en una época extraña en mi vida.
Hace 4 años fue la de Atenas, en 2004. Si entonces me dijeran que hoy estaría delante de este ordenador en estas circunstancias no me lo creería. Vi esa olimpiada entre Ubiarco (Cantabria), Arriondas (Asturias) y Barcelona, con mi novia quejándose todo el rato (seguro que se ha acordado de mi al menos en estos días). No podía imaginar todo lo que vendría después.
Y mañana acaban los juegos de Pekín. No puedo evitar preguntarme dónde estaré dentro de cuatro años, dónde veré la olimpiada de Londres 2011, con quien, qué estaré haciendo en mi vida. Son cuatro años, un ciclo vital. Si es que los griegos eran tan listos para la cadencia de este acontecimiento como para hacer el mejor yohogurt del mundo.
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