Si acabas de volver de vacaciones y tienes relación con un medio de comunicación o una empresa dedicada a ese mundo y vas a ver a un posible cliente ya sabes que en cuanto entres por la puerta y tras hablar cinco minutos sobre las estupendas vacaciones que se ha pegado tu interlocutor, -este te espetará con cara de pena:
"No hay dinero."
Si no eres de los primeros a los que ve en su vuelta de sus estupendas vacaciones puede incluso alargar la frase un poco más:
"No hay dinero para nada."
Si quiere hacerte partícipe de su desgracia, comparable a lo que ocure en Somalia en estos días puede que incluso te diga:
"Ya sabes que no hay dinero para nada."
El catálogo de excusas no es muy amplio aunque un poco mayor que cuando vas en enero:
A- "La crisis..."
B- "Es que ya es septiembre y nos hemos gastado todo el presupuesto del año entero. No podremos hacer nada hasta el año que viene."
Si se te ocurre preguntarle entonces por el año que viene la respuesta es de libro. Ya te tiene donde quería. Acabas de perder la guerra.
"Uff. Ni idea. En octubre comenzarán a hacerse los presupuestos, que este año los quieren tener antes de que termine el año pero eso es lo que dicen siempre. Pero vaya, que ya me han avisado que me van a recortar mínimo un 40%. De todas maneras llámame a principios del año que viene y vemos qué es lo que vamos a poder hacer".
Te acaban de mandar a 2012. Estás en vía muerta. Despachado.
Tu interlocutor te acaba de contar lo bien que se lo ha pasado remojando su insigne trasero en la playa. Para eso si había dinero. Para lo que no hay es para intentar cambiar la languideciente tendencia de las empresas españolas (públicas y privadas) con planes de comunicación que acerquen sus productos a sus clientes.
A pesar de conocer el resultado del 90% de las propuestas que hacemos vuelvo con ganas de intentar cambiar la tendencia. Las crisis, como las malas enfermedades, tienen un alto componente de actitud positiva como método de cura, y por mi desde luego no va a ser. Sonríe, estamos de vuelta!
"No hay dinero."
Si no eres de los primeros a los que ve en su vuelta de sus estupendas vacaciones puede incluso alargar la frase un poco más:
"No hay dinero para nada."
Si quiere hacerte partícipe de su desgracia, comparable a lo que ocure en Somalia en estos días puede que incluso te diga:
"Ya sabes que no hay dinero para nada."
El catálogo de excusas no es muy amplio aunque un poco mayor que cuando vas en enero:
A- "La crisis..."
B- "Es que ya es septiembre y nos hemos gastado todo el presupuesto del año entero. No podremos hacer nada hasta el año que viene."
Si se te ocurre preguntarle entonces por el año que viene la respuesta es de libro. Ya te tiene donde quería. Acabas de perder la guerra.
"Uff. Ni idea. En octubre comenzarán a hacerse los presupuestos, que este año los quieren tener antes de que termine el año pero eso es lo que dicen siempre. Pero vaya, que ya me han avisado que me van a recortar mínimo un 40%. De todas maneras llámame a principios del año que viene y vemos qué es lo que vamos a poder hacer".
Te acaban de mandar a 2012. Estás en vía muerta. Despachado.
Tu interlocutor te acaba de contar lo bien que se lo ha pasado remojando su insigne trasero en la playa. Para eso si había dinero. Para lo que no hay es para intentar cambiar la languideciente tendencia de las empresas españolas (públicas y privadas) con planes de comunicación que acerquen sus productos a sus clientes.
A pesar de conocer el resultado del 90% de las propuestas que hacemos vuelvo con ganas de intentar cambiar la tendencia. Las crisis, como las malas enfermedades, tienen un alto componente de actitud positiva como método de cura, y por mi desde luego no va a ser. Sonríe, estamos de vuelta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario