La decisión del juez Garzón de investigar los crímenes de la Guerra Civil ha provocado que, partidarios de la decisión y contrarios a la misma, hayan salido a la calle a manifestarse con palabras cruzadas.
No voy a entrar en las posibilidades que tiene el juez de seguir adelante con la investigación. Según algunos juristas, son pocas. Una de las razones es que según parece Garzón puede investigar crímenes de guerra y genocidios cometidos en otro país pero no los ocurridos en España en virtud de no sé qué resolución. Eso es lo que dice la ley. Lo contrario que el sentido común. Si esto es verdad, además de incongruente, elimina cualquier posibilidad de insistir en juicios como los que se querían llevar a cabo contra Pinochet, por ejemplo. Nadie nos va a tomar en serio si ni siquiera somos capaces de juzgar ,lo de nuestra casa qué demonios hacemos metiendo las narices en los asesinatos de los vecinos.
En España rápidamente han saltado voces diciendo que eso es remover el pasado, que hay que mirar adelante, que divide a los españoles... Como si saber donde y por qué mataron al padre de uno fuera un acto de agresión a la patria. La gente, lo único que quiere es saber.
Dicen que para superar una pérdida hay que pasar un luto, que comienza en el entierro de la persona. Y que por eso, los familiares de los desaparecidos sufren mucho más que los de los fallecidos. Porque los primeros no pueden pasar el luto, viven en él, sin poder pasar página.
Qué casualidad que son siempre los mismos los que no quieren que se sepa qué pasó en la guerra... y después de la guerra. ¿Qué tienen que esconder? Yo, como firme defensor de la causa republicana en la guerra no me avergüenza ni justifico ninguna de las barbaridades que pudieran hacer personas que defendían la legalidad vigente. si las hicieron, que quede demostrado, que la historia los juzgue como tales y honre a los inocentes. Lo que pasa es que los números son muy claros. Y un muerto no es lo mismo que mil.
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