viernes, 26 de febrero de 2010

El Señor de los Días

El Señor de los Días era un hombre para el cual, cada jornada era una aventura; conocía un sitio nuevo, gente, como tu. Era un hombre sin hogar, que ¿Qué es un hogar? Tuvo una familia, una esposa, trabajo, hipoteca. Pero no podía vivir con tantas ataduras así que la muerte vino a buscarle.
Veía a la muerte todas las noches así que una mañana se levantó y se fue con lo puesto. Adiós. Ahora duerme como un tronco, bajo las estrellas y la lluvia. Pero como un tronco.
No sabía adonde iría mañana pero seguro que se marcharía de allí mismo. Pensaba que si la muerte escogía un sitio sería aquel, y no quería que le pillara por aquella zona. La muerte está detrás de cada esquina.
Describió los símbolos y los códigos de su tribu, de los que eran como él, para que otros pudieran seguir sus pasos, y le dio una tiza para que pudiera conocerlos todos. Les dijo a todos: "No hay sistema. El Universo no está contra nadie, le somos indiferentes". Y añadió "No creéis mentiras, ni inventéis deseos, no produzcáis un mundo propio para vivir en él"
Entonces miró al niño que le observaba y el Señor de los Días le dijo:
- No tengas miedo chico. Aún no eres un hombre. Sólo entonces sabrás de verdad lo que es eso.

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