El juez Baltasar Garzón abrió ayer una puerta polémica al anunciar que se declaraba competente para investigar los delitos cometidos durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo. Esta medida ha emocionado a las asociaciones de familiares replesaliados y de recuperación de la memoria histórica y da luz a la esperanza de poder enterrar a sus seres queridos y darles el reconocimiento que se merecen.
Por su lado, la derecha y muchos juristas, dudan de la constitucionalidad de la medida y dan razones jurídicas, unos, y de índole políticos los otros. La ley de amnistía de 1977 perdona, en teoría, todo lo hecho con anterioridad y es muy difícil juzgar a los muertos, por muy asesinos que sean.
Y es que todo está mezclado. Todo se confunde y así no hay manera de arreglar este asunto. Aquí estamos hablando de dos cosas que nadie se encarga de separar. Y así todo sería más fácil.
Asunto uno: Actuación de un juez contra unos presuntos criminales. Esta es la parte más complicada de hacer, porque esos presuntos criminales están muertos, y no se pueden juzgar según nuestra legislación. Eso por no hablar del entramado jurídico que hay que montar para juzgar casos de crímenes contra la Humanidad antes de la II Guerra Mundial. Es más interesante certificarlo y que sea la Historia quien los juzgue y los ponga en su sitio para que las generaciones venideras sepan realmente lo que hicieron dejando de ser héroes para pasar a ser lo que realmente fueron: Criminales golpistas.
Asunto dos: Hay gente que quiere saber donde descansan los restos de sus familiares. Los motivos son mil y ni me detengo a enumerarlos. Todo el mundo tiene derecho a saber eso y a enterrar a sus seres queridos allá donde estime oportuno. Eso si se puede hacer. Van a hacer falta recursos, tiempo y dinero. Pero se puede hacer. Y no creo que eso moleste a nadie... ¿o si? Pues hágase. Pero mezclar ambas cosas es ensuciarlas. Jurídicamente van juntas y a mi me chirrían, me parecen más fáciles por separado, más lógicas.
Por cierto, me estoy leyendo las memorias de la Guerra Civil de Gonzalo Queipo de Llano. no tienen desperdicio. Cuando lo termine le dedicaré un post.
2 comentarios:
Es verdad, había algo en este caso que no terminaba de comprender.Porque no tengo duda de que esas personas que terminaron en las cunetas, o en las fosas tienen derecho a no ser olvidadas.Pero remover a los que realmente muertos están mejor, para qué?.Como bien dices, la historia los juzgará para siempre.Esos si que no podrán descansar en paz nunca.
Hola, hoy me quede màs de lo imaginado leyendote.
Tocas temas que me llegan, mi abuelo falleciò hace poco, peleò contra Franco en la Guerra Civil Española, entre una cosa y otra, como tantos dejò su tierra con todo lo que eso conlleva y continuò como pudo su vida aqui, en Uruguay. Anduvo, antes de llegar de paìs en paìs cambiando su nombre cada vez que fue necesario.
Muriò con una identidad que no era la suya, yo sueño con poder devolversela algùn dia consiguiendo mi real apellido.
De todas formas lo honra mi memoria y espero, mi proceder en la vida.
Otro abrazo.
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