La primavera sevillana es famosa por su luz y por sus fiestas tradicionales, Semana Santa y Feria, que atraen a turistas de todo el mundo. Estos acontecimientos son tan abrumadores que parece que no hay otra cosa en la ciudad desde marzo a junio pero, afortunadamente, no es así. Poco a poco se ha ido forjando una interesante agenda cultural en la ciudad durante esos meses que contrasta con otros momentos del año.
Eventos como las óperas que aparecen en marzo por el Maestranza; el festival de Spoken Word del Lope de Vega, el festival de música Territorios; la Feria del Libro o el Festival de Teatro hacen que haya que estar atentos a lo que hay cada semana para no quedarse fuera. Uno de esos eventos es el South Pop Festival.
Tras numerosos problemas de financiación y con poco tiempo para organizarlo, la edición de este año se ha mudado a La Cartuja tras "habitar" durante tres años en el teatro Alameda. La programación es variada, mezclando artistas más o menos conocidos como José González o La Casa Azul con otros completamente desconocidos. Ir al festival es acercarse a un mundo en el que te puedes encontrar con agradabilísimas sorpresas o con rotundos fiascos, pero no importa, no siempre va a haber suerte.
El South Pop Festival es una rareza en una ciudad marcada por eventos tradicionales que, en vez de coexistir con otros más modernos, siempre parecen querer aniquilar a todo lo que no se adapte a esos cánones. Afortunadamente, el alcalde de Sevilla, Alfedo Sánchez Monteseirín, ha puesto desde hace unos meses a mi amiga e idolatrada Maribel Montaño al frente de la delegación de Cultura. Estoy seguro de que Maribel está haciendo todo lo que puede por afianzar esas programaciones alternativas a los eventos clásicos y que poco a poco vamos a tener la oferta cultural que una ciudad como Sevilla merece. La edición de este año del South Pop Festival es una clara muestra de ello.
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