Me cuentan en Barcelona que el día de la huelga general la policía secreta que se infiltraba entre los grupos radicales que se dedicaban a alterar lo que había sido una manifestación pacífica eran casi todos gente venida de fuera de España expresamente para armar gresca.
Dicen los expertos que un nuevo paquete turístico ha nacido para asombro de todos: Fin de semana o en su defecto tres días en Barcelona que incluye:
- Viaje a la ciudad condal en low cost con una de las múltiples compañías que vuelan por menos de 50 € desde Europa.
- Estancia en uno de los hostales del barrio gótico donde te puedes ir sin pagar con un poco de vista o quedarte a dormir en casa de algún compi que conozcas.
- Comida en cualquier parte. Hay mil sitios baratos sin salir de las Ramblas.
- Asistencia a la manifestación con posibilidad de destrozar mobiliario urbano, autobuses, tiendas de restauración, quemar un par de contenedores y tirarle piedras a la poli.
- Posibilidad de anular las buenas intenciones de los manifestantes con lso destrozos ocasionados por los turistas.
Se trata de un paquete turístico que como se ponga de moda nos va a costar caro. Barcelona ofrece la posibilidad de pasar desapercibido entre la multitud de jóvenes que, cada fin de semana, vienen a pasar tres días de desenfreno por cuatro duros. El mundo se ha hecho más pequeño también para estas cosas.
Los organizadores de manifestaciones deberían contar con este aspecto e intentar cortarlo de manera radical porque unos pocos turistas de la manifestación acaban por confundir a la población y a los medios del mundo tirando por tierra las buenas intenciones de la mayoría que sale a protestar pacíficamente.
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