martes, 10 de abril de 2012

La Guia del Autoestopista Galactico Visionario de las tabletas y los libros electronicos

Decía Steve Jobs que lo complicado en Apple no era fabricar nuevos inventos, sino tener la capacidad de imaginarlos. Para él, la tecnología era capaz de llegar tan lejos como la imaginación humanad fuera capaz de producir porque mientras para la una "sólo" hacen falta ingenieros, tiempo y un buen presupuesto, para lo otro "nada más y nada menos" que hace falta creatividad.
Pues bien, viendo alguno de los inventos de Jobs, quizás su creatividad o la de su equipo se haya visto "ayudada" en algunos momentos por elementos externos a su compañía. He leído hace poco (si, ya sé que debería haberlo hecho mucho antes) La Guía del Autoestopista Galáctico, de Douglas Adams, publicada en 1979 y en ella veo el germen del e book y del Ipad. Esta es la definición que Adams hace de esa guía:

"también tenía un aparato que parecía una calculadora electrónica más bien grande. Estaba equipada de un centenar de diminutos botones planos y de una pantalla de unos diez centímetros cuadrados en la que en un momento podía verse cualquier cara de su millón de «páginas». Tenía un aspecto demencialmente complicado, y ésa era una de las razones por las cuales estaba escrito en la cubierta de plástico que lo tapaba las palabras NO SE ASUSTE con caracteres grandes y agradables. La otra razón consistía en que tal aparato era el libro más notable que habían publicado las grandes compañías editoras de Osa Menor: la Guía del Autoestopista galáctico. El motivo por el que se publicó en forma de micro submesón electrónico, era porque, si se hubiera impreso como un libro normal, un autoestopista interestelar habría necesitado varios edificios grandes e incómodos para transportarlo 


Películas como Regreso al Futuro o series como Star Treck también han avanzado muchos elementos que hoy por hoy son habituales en nuestras vidas tecnológicas, pero parece que nadie está dispuesto a reconocerles ese mérito, algo que no ocurre con visionarios más antiguos como Julio Verne. Es más que probable que eso tenga que ver con la posibilidad de que algún descendiente de Adams, que publicó su Guí en el 79, pero que murió en 2001 reclame derechos de autor a las empresas tecnológicas que hoy venden tabletas o e-books.
El pobre autor siempre quiso ver su obra llevada al cine y lucho por ello durante años pero no pudo ver cumplido su deseo. Unos años más tarde el libro fue llevado al cine, este video es una parte de esa cinta tan visionaria en algunas cosas...

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