Es muy simpático leer hoy a los analistas políticos intentando explicar saviamente unos resultados autonómicos en Andalucía que nadie pudo ver. Ni ellos ni las empresas de encuestas. Si hay algo que me consuele es que al menos en esta ocasión lo están reconociendo y dicen a las claras que no lo vieron venir. Y quizás ése sea el consuelo que enjuague el disgusto del Partido Popular. A lo imposible nadie está obligado, y si nadie lo vió, ellos tampoco.
Las elecciones no se ganan o se pierden por una razón. Suelen ser muchos factores lo que hagan que al final los resultados sean unos u otros. Y en esta ocasión hay una serie de parámetros que me parece que pueden dar la clave de lo que ocurrió ayer en Andalucía.
- Arenas no fue al único debate, que se celebró en Canal Sur. Sus argumentos no convencieron a casi nadie e incluso él mismo llegó a decir al respecto: "alguien se ha equivocado y no he sido yo". Esa ausencia ha dado pávulo a los que decían que Arenas tenía algo que ocultar a los electores y Pepe Caballos, otrora factotum del PSOE sevillano le llegó a llamar "candidato gallina". Perder horas de tv en horario de máxima audiencia era dar demadsiada bentaja.
- La reforma laboral, la subida de impuestos y demás medidas del gobierno de Rajoy no parecen haber sentando bien al electorado andaluz. Sin entrar en la idoneidad de las mismas, se trata de asuntos de gran calado, que han asustado a aquellos que tenían dudas sobre la actitud que tomaría el PP ante la crisis.
- El electorado más volátil, que en unos casos ha dado el gobierno al PP y otras al PSOE lleva un año castigando a los socialistas. Les ha dado unas buenas hostias hasta dejarlo moribundo. Quizás ya le duela la mano de tanto darle y ha decidido darle un respiro para que no se nos muera. La abstención ha jugado a favor del PSOE.
- La realidad es más tozuda que los titulares. En Madrid se pueden decir muchas barbaridades sobre Andalucía y quizás esas cosas calen en otros territorios, pero luego eso hay que contrastarlo con el día a día de las personas. Objetivamente, en Andalucía hay una sanidad pública más que aceptable y una educación pública que en nada tiene que ver con niños sentados en el suelo. Y la gente se cabrea cuando les llaman pobres desgraciados.
- En Andalucía la gente no es andalucista, pero es muy andaluza. Y cuando se sienten atacados en sus cosas se cabrea... Y mucho. Los contínuos ataques a Andalucía, su idiosincracia y sus gentes por parte de ciertos sectores de la derecha más extrema han movido las conciencias del electorado mientras que los dirigentes andaluces del PP apenas si han pedido alguna explicación al respecto.
- La foto de Arenas bajo el slogan "El cambio andaluz" era contradictoria. O cambias el slogan o cambias al candidato.
- El PSOE ha tirado de sus viejas fórmulas. Puerta a puerta. Voto a voto. Pueblo a pueblo. Barrio a barrio.
Nunca una derrota fue más dulce ni una victoria más amarga. Y al final, el que menos votos tiene (IU) es el más feliz y el que más crece. El que gana, pierde, el que pierde gana y ahora les toca ponerse de acuerdo y trabajar para poder sacarnos de este lío.
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