Llevamos tres días hablando de las elecciones en Andalucía, con unos resultados sorprendentes para todos, y dando casi por supuesto que era la noticia más importante de la comunidad. Pero algo se nos escapa, si importante es que Griñán vaya a seguir gobernando Andalucía, esta vez con el apoyo de IU, hay otro acontecimiento que, sin pasar desapercibido, quizás no haya tenido la dimensión mediática que merece: La compra de Banca Cívica por parte de Caixa Bank.. Sevilla, cuarta ciudad de España, deja de ser centro de decisión de ningún banco ni caja de ahorros. A partir de ahora, para hablar de dinero, habrá que coger un AVE.
Numerosos medios han afirmado que la "derrovictoria" del PSOE en Andalucía condena a la comunidad autónoma a no salir de la crisis en los próximos cuatro años, al paro, al precipicio y no sé qué más catástrofes. Creo que no tienen razón, pero no por lo que se puedan imaginar, sino porque no creo que ningún territorio de España vaya a conseguir salir de ésta en ese tiempo. Pero es que además, é verdadero motivo de no poder iniciar el camino de la recuperación puede ser también la ausencia del impulso que hace falta desde el sector financiero. No tener bancos andaluces va a ser una rémora muy, muy dura.
Hace años, cuando la tan odiada y vilipendiada por algunos Magdalena Álvarez era consejera de economía de la Junta de Andalucía, impulsó la idea de conseguir hacer una gran caja andaluza. No la dejaron. Los caudillos provinciales, las rencillas provincianas y la incapacidad de ver lo que se nos venía encima hicieron fracasar aquel modelo que habría garantizado una entidad con entidad suficiente como para competir en el mercado, pero teniendo ADN andaluz y centro de decisión en esta tierra. Pero Cajasol y Unicaja no consiguieron ponerse de acuerdo, Cajasur no quería perder su "singularidad cordobesa", La General de Granada lo mismo y así todas. Había peleas por dónde estaría la sede central de esa caja, ¿ Málaga o Sevilla? Al final, resulta que será Barcelona y Bilbao.
Estamos ante un drama sordo. Ahora, las empresas sevillanas que quieran iniciar proyectos de gran calado tenrán que viajar fuera de la ciudad para buscar financiación porque probablemente en Sevilla no haya capacidad de decisión. Ir a ver a alguien que no conoce el territorio, la idiosincracia y que además no tiene apego ni conciencia social de esa zona sino que se rige única y exclusivamente por los números.
Esta noticia va a significar un gran cambio en la manera de hacer grandes inversiones en Andalucía. Mucho más que la llegada de IU al ejecutivo o el mantenimiento del PSOE en el poder. Pero con esto nadie se rasga las vestiduras, nadie protesta. Ea pues nada.
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