Sierra de Las Pedrizas (Granada). 1938.
Las trincheras de los bandos nacional y republicano están muy cerca unas de otras y la parálisis es casi total. Las posiciones están demasiado marcadas, las fuerzas escasas y la relevancia de tomar al enemigo es nula. Están tan cerca unos de otros que se puede hablar con el enemigo a poco que se levante la voz entre tanta montaña.
Hay quien dijo que los a españoles nos encanta pelearnos y hacernos de un bando o de otro, y que si no hay bandos nos los inventamos. Llevamos matándonos 2.000 años. afrancesados y castizos; Carlistas y liberales, nacionales y republicanos, los de Belmonte contra los de Joselito, Madrid -Barça...
... Y en aquellas sierras, aunque había bandos, no había movimiento, y esa es otra singularidad española: la necesidad de pique.
... Y tampoco había fútbol... Y ahí está la última de las peculiaridades que se dieron en aquel 1938...
Unos soldados aburridos hacen un balón con andrajos de varias camisas y un petate.
Los soldados del otro lado lo escuchan e intentan hacer otro.
Entre tanta montaña sólo hay una explanada en la que poder jugar al fútbol, la que está en medio de ambos lados de las trincheras así que ambos mandos se reunen en zona neutral y... ¡¡¡Deciden jugar un partido de fútbol!!!
En un principio los equipos estaban claros, uno de cada bando, pero luego, como en el fondo todos eran españoles, eso era demasiado sencillo, así que unos del Madrid querían jugar juntos, aunque fueran nacionales y republicanos. "Esto es fútbol, no política", dijo uno. Pero es que también había muchos del Bilbao, del Barcelona, del Sevilla y por supuesto, del Granada. Así que tampoco hubo acuerdo.
Al final prevalecieron los bandos militares y el partido se jugó como ellos mandaban, osea: Nacionales contra Republicanos.
Los datos objetivos de La Guerra Civil Española los cuentan los que la han estudiado, los que han buceado en archivos y los que han acudido a las fuentes verificables, pero las anécdotas que le dan el verdadero color al conflicto son los testimonios de las personas que la vivieron en primera persona.
Para los que se hayan quedado con la duda, el partido terminó 0-0... o 1-1. Es lo de menos. lo importante es que acabó en empate. Justo lo necesario para poder seguir discutiendo de trinchera a trinchera sobre el encuentro el año que aún quedaba de guerra.
Las trincheras de los bandos nacional y republicano están muy cerca unas de otras y la parálisis es casi total. Las posiciones están demasiado marcadas, las fuerzas escasas y la relevancia de tomar al enemigo es nula. Están tan cerca unos de otros que se puede hablar con el enemigo a poco que se levante la voz entre tanta montaña.
Hay quien dijo que los a españoles nos encanta pelearnos y hacernos de un bando o de otro, y que si no hay bandos nos los inventamos. Llevamos matándonos 2.000 años. afrancesados y castizos; Carlistas y liberales, nacionales y republicanos, los de Belmonte contra los de Joselito, Madrid -Barça...
... Y en aquellas sierras, aunque había bandos, no había movimiento, y esa es otra singularidad española: la necesidad de pique.
... Y tampoco había fútbol... Y ahí está la última de las peculiaridades que se dieron en aquel 1938...
Unos soldados aburridos hacen un balón con andrajos de varias camisas y un petate.
Los soldados del otro lado lo escuchan e intentan hacer otro.
Entre tanta montaña sólo hay una explanada en la que poder jugar al fútbol, la que está en medio de ambos lados de las trincheras así que ambos mandos se reunen en zona neutral y... ¡¡¡Deciden jugar un partido de fútbol!!!
En un principio los equipos estaban claros, uno de cada bando, pero luego, como en el fondo todos eran españoles, eso era demasiado sencillo, así que unos del Madrid querían jugar juntos, aunque fueran nacionales y republicanos. "Esto es fútbol, no política", dijo uno. Pero es que también había muchos del Bilbao, del Barcelona, del Sevilla y por supuesto, del Granada. Así que tampoco hubo acuerdo.
Al final prevalecieron los bandos militares y el partido se jugó como ellos mandaban, osea: Nacionales contra Republicanos.
Los datos objetivos de La Guerra Civil Española los cuentan los que la han estudiado, los que han buceado en archivos y los que han acudido a las fuentes verificables, pero las anécdotas que le dan el verdadero color al conflicto son los testimonios de las personas que la vivieron en primera persona.
Para los que se hayan quedado con la duda, el partido terminó 0-0... o 1-1. Es lo de menos. lo importante es que acabó en empate. Justo lo necesario para poder seguir discutiendo de trinchera a trinchera sobre el encuentro el año que aún quedaba de guerra.
2 comentarios:
Una válvula de escape sin duda. Genial post. Te felicito
Muchas gracias! Lo más impresionante es que está basado en una historia real. De éstas, cuando investigas sobre la guerra civil, te encuentras con muchas...
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