Hoy hace 30 años que nos intentaron robar el futuro. Aquel 23 de febrero vivía en Barcelona y en mi casa, por las circunstancias familiares que vivíamos en aquellos momentos, esa jornada fue muy dura. Yo era casi un niño y apenas me enteraba de nada, pero si que se quedó en mi consciencia para siempre la aparente cara de serenidad de mis padres ante los que aquello podía significar para España... Y para ellos.
El 23 de febrero de 1981 algunas personas hicieron listas. En esas listas de cada pueblo, de cada barrio, había nombres de otras personas que estaban luchando por consolidar la democracia. Algunas de aquellas listas fueron entregadas en los cuarteles de la Guardia Civil, en las comisarías de policía... Mi familia estaba en esas listas.
30 años es mucho tiempo. Pero no suficiente para olvidar aquel intento de matar la democracia. Muchos de los autores de aquellas listas siguen vivos. Incluso pululan por las tertulias televisivas de las cadenas de TDT o jalean a las mismas con sus insidiosos mensajes por sms que aparecen en la parte inferior de las pantallas de nuestros enormes plasmas.
A todos ellos sólo puedo decirles que nunca ganarán. No ganaron ese día y no lo harán ahora, intentando mezclarlo todo. La democracia española es mucho más fuerte que su presunto amor a una patria que en realidad, ya no existe tal cual ellos la pintan. O aquí cabemos todos, o no cabe ni Dios.
El 23 de febrero de 1981 algunas personas hicieron listas. En esas listas de cada pueblo, de cada barrio, había nombres de otras personas que estaban luchando por consolidar la democracia. Algunas de aquellas listas fueron entregadas en los cuarteles de la Guardia Civil, en las comisarías de policía... Mi familia estaba en esas listas.
30 años es mucho tiempo. Pero no suficiente para olvidar aquel intento de matar la democracia. Muchos de los autores de aquellas listas siguen vivos. Incluso pululan por las tertulias televisivas de las cadenas de TDT o jalean a las mismas con sus insidiosos mensajes por sms que aparecen en la parte inferior de las pantallas de nuestros enormes plasmas.
A todos ellos sólo puedo decirles que nunca ganarán. No ganaron ese día y no lo harán ahora, intentando mezclarlo todo. La democracia española es mucho más fuerte que su presunto amor a una patria que en realidad, ya no existe tal cual ellos la pintan. O aquí cabemos todos, o no cabe ni Dios.
1 comentario:
Muchos estamos hablando hoy de lo mismo... también yo tenía quince años, y me enteré de algo, pero no del todo. Si llega a ser hoy, me da un infarto.
Publicar un comentario