martes, 1 de febrero de 2011

La Noche de los Tiempos, de Muñoz Molina


900 páginas dan miedo. Y si no tienen puntos y apartes más. Pero la prosa de Muñoz Molina se sobrepone a esa cantidad de letras simple y llanamente porque sabe juntarlas como nadie. Su última novela, La noche de los tiempos es una mega obra capaz de llevarnos al año 36 con fluidez y la tranquilidad que da saber que tenemos todo el tiempo del mundo (time in our hands) para saborearlo.
Hay tres asuntos que interesan a Muñoz Molina a tenor de lo que se puede leer en su obra: La Guerra Civil Española, el amor, y EE.UU. Coincido en todos ellos. Con esos tres conceptos el autor andaluz nos lleva a los primeros momentos de la contienda española en un Madrid convulso que se conoce perfectamente. De las miserias, expectativas y sueños de esos momentos de julio del 36 vamos a pasados tres o cuatro meses, muy lejos ya en el tiempo y en la distancia, a una universidad americana y en medio una enorme historia de amor que nos recuerda porqué estamos vivos.
La derecha extremista que renace estos días en España trata de justificar el golpe de estado perpetrado por los militares en julio del 36 diciendo que la república era un caos y que al estallar el conflicto el bando republicano se afanó en masacrar a las derechas mientras pudo. Esa afirmaciones son, cuanto menos, poco serias. Sin embargo, Muñoz Molina hace en este libro un retrato muy fiel de lo que significaron esos días y es muy crítico con las acciones y aptitudes de muchas personas de izquierdas que pululaban por Madrid.
Me alucina la manera que tiene Antonio Muñoz Molina de narrar. Su capacidad de pasar del presente al pasado e incluso de usar el futuro para hechos que han sucedido en teoría hace 70 años. Y dejo aparte su capacidad para envolverte en sentimientos.
En casi mil páginas casi no ha diálogos. Pero casi al final hay uno que merece la espera. Brutal. Nadie se ha hablado así en años.
Un libro que ayuda a entender lo que somos y lo que esconden quizás, los viejos cajones de nuestros antepasados. Historias perdidas ya en la noche de los tiempos.

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