Las primarias del PSOE ha reforzado la democracia interna de un partido necesitado de nuevos impulsos ante la sociedad. La crisis económica que parece interminable se está cebando con los socialistas, o al menos eso dicen las encuestas, y estas primarias oxigenan.
De todas las primarias que se han celebrado en toda España sin duda la que más portadas ha acaparado es la pugna entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez por ser candidato a la Comunidad de Madrid. Al final, la victoria de Gómez significa que los militantes socialistas son independientes y que votan según sus propias convicciones. Y esa imagen que se ha transmitido hoy a la ciudadanía es buena.
No hay que tener miedo a que los militantes hablen. En democracia se trata de eso y los partidos que se niegan a hacer primarias se equivocan.
De lo de Gómez... Pues bueno, hay quien dirá que la derrota de Trinidad Jiménez es la derrota de ZP. Pero es que ni aunque eso fuera verdad, no es lo importante. Lo que verdaderamente importa es que hace seis meses casi nadie en la Comunidad de Madrid conocía a Tomás Gómez y hoy, gracias a este proceso de primarias, el grado de conocimiento y las simpatías que genera el ya candidato hacen que Esperanza Aguirre hoy si que puede comenzar a preocuparse.
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