Llevamos unos cuantos días en huelga y no me había enterado. Bueno, había escuchado las noticias pero, inmiscuido en mis ínfulas literarias, mis deberes con la prensa y mis obligaciones televisivas, me habían impedido ver la realidad con claridad. Pero hoy me he dado de bruces con ella al intentar llenar el depósito de mi coche en tres gasolineras con infeliz resultado. Niet. Niente.No. Nada.
Pero el asunto ha adquirido tintes trágicos al llegar al supermercado. La estantería de los lácteos de la que depende mi subsistencia junto al melón, base real de la dieta mediterránea, se encontraba casi vacía. Mis yohogures griegos brillaban por su ausencia. Ni uno. Ni siquiera esos de tan mal gusto denominados "sin azúcar". Con tremendo pesar he adquirido un subproducto de dudoso sabor del que no tengo referencias gustativas anteriores pero que por su nombre, "Tutti frutti para peques", no me augura una buena cena.
La estantería me recordaba a una tienda de alimento ucraniana de los años 70. Y esta circunstancia me ha abierto los ojos sobre este asunto tan serio que ya se ha cobrado una vida y numerosos detenidos. Yo, como casi siempre, tengo mi propia opinión.
1- El alza de los precios del petróleo no depende para nada del Gobierno Español. Qué más quisiéramos. Echarle la culpa de eso es absurdo y de cenutrio. Hacen lo que pueden, que no es mucho.
2- Es verdad que una gran parte de lo que pagamos en las gasolineras se va en impuestos. Hay quien pide que eso baje. Pero también queremos ir por buenas carreteras, que nos den 3.000 € por nacimiento de un bebé, que la ley de dependencia se desarrolle, una educación de calidad y buenos hospitales. Pues no sé de donde vamos a sacar el dinero para todo eso...
3- Ninguna mercancía es más importante que una vida. Una muerte es trágica e innecesaria siempre.
4- Pedir que el Gobierno subvencione la gasolina no va a arreglar el problema. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.
5- Estamos ante un problema estructural, de modelo. Y para los problemas estructurales hacen falta soluciones estructurales.
El Gobierno dice que no puede poner controlar el precio del petróleo. Cierto. Pero hay cosas que se pueden hacer, que se deberían estar haciendo hace tiempo, no para solucionar el problema de hoy, de esta semana, sino para arreglar el asunto definitivamente.
Este problema no se arreglará hasta que no encontremos soluciones rentables a combustibles y fuentes de energía alternativas. Y el Ejecutivo si puede fomentar su uso y su desarrollo. ¿Por qué no barcos navegando con energía solar?, ¿Y camiones eléctricos? (Hay taxis con bombonas). Se me puede decir que no hay tecnología para eso, pero es labor del Gobierno desarrollarla, o fomentar que las empresas lo hagan. Necesitamos I+D+I enfocado a resolver este problema y ahí está la verdadera solución.
Pero es que además, a la larga, el país que sea capaz de desarrollar tecnología de energías alternativas rentable y verdaderamente útil en este campo se va a forrar en el futuro... Y el que me enseñe a hacer yohogurt griego casero también.
1 comentario:
estoy total y absolutamente de acuerdo contigo.
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