Me gusta Espadas

Esta mañana he tenido la oportunidad de compartir un rato con el candidato socialista a la alcaldía de Sevilla, Juan Espadas, y la verdad es que me he llevado una gratísima impresión de él. Ya le había escuchado en muchas ocasiones hablando en público, en comparecencias o en alguna conferencia de prensa. A ese trato afable que ya mostraba hay que añadir la cordialidad y sencillez de una persona cercana que no cumple los cánones a los que estamos acostumbrados a encajar a un político.

Espadas se muestra como una persona de la calle, que te puedes encontrar comprando en un comercio de la ciudad, parado en el semáforo de al lado, o en la reunión de las APAS del colegio. Un tío normal que sin embargo se conoce la ciudad mejor de lo que nadie puede imaginar. Le he preguntado sobre varios aspectos muy concretos de diversos problemas de Sevilla y me ha demostrado que se los sabe y que tiene ideas que poner en práctica.

A esa sencillez hay que añadir la buena predisposición y optimismo que transmite. Es consciente de los momentos que vive su partido y esa supuesta depresión de la que algunos habla no aparece ni en su rostro, ni en su discurso, ni en su ánimo.

Me parece que a la derecha le ha salido un hueso duro de roer. Zoido se las prometía muy felices gracias a una campaña de desinformación en la que están metidos diversos medios de comunicación dispuestos a decir lo que sea con tal de decir que todo en Sevilla está mal, aunque sea a base de no decir la verdad. Pero la realidad de la ciudad es otra. La diferencia básica entre Zoido y Espadas es que uno tiene un modelo de ciudad, y el otro no. Me gusta Espadas.