Fray Amigo Vallejo: El cardenal de las mujeres

Decía un buen amigo mio hace muchos años que la ciudad de Sevilla estaba en franca decadencia porque los dos equipos de fútbol de la ciudad estaban en segunda división y porque nuestro arzobispo no era cardenal. Poco a poco lo fuimos arreglando y conseguimos que subieran el Betis y el Sevilla y Fray Carlos Amigo Vallejo llegó al purpurado. Incluso conseguimos un par de UEFAS y nuestro ya cardenal fue candidato a papable, señales de que, según esa misma teoría, estaban de moda. Ahora, con la marcha del cardenal y el Betis en segunda volvemos a estar de capa caída.

Desde las altas instancias de la iglesia no han tardado en jubilar a nuestro cardenal, cosa que no suele ocurrir, para ponerle al sustituto anunciado. Una medida que no ha sentado nada bien entre la ciudadanía, que tanto cariño le tiene al ya ex arzobispo de Sevilla.

He tenido la oportunidad de coincidir con Amigo en diversas ocasiones y, pese a las enormes diferencias que nos separan en muchos aspectos, tengo que reconocer que el respeto con el que siempre ha tratado todos los asuntos y el amor que siempre tuvo por los más desfavorecidos son cualidades con las que me tengo que quedar al anunciarse su definitiva marcha.

En una ciudad como Sevilla, donde parte de su vida asociativa gira en torno a las hermandades de Semana Santa, como en Valencia giran en torno a los casales falleros o en Pamplona con la peñas, la elección del obispo no es baladí. El que manda en la catedral manda en las hermandades y por tanto, lo hace en media ciudad. Llama la atención la prisa que se han dado en jubilar a un hombre con Amigo Vallejo, que controlaba perfectamente este asunto, para colocar una persona nueva que tiene ahora que hacer los deberes.

De toda la actividad del cardenal me quedo con una que sin duda pasará a la historia: Con él, llegaron las mujeres a vestirse de nazarenas. Un cambio que ha tardado cinco siglos en llegar creo que es para hacerlo significativo. Ese compromiso con la igualdad y la adecuación a los tiempos en los que vivimos le hará, sin duda, ser recordado para siempre.

Nos quedamos sin cardenal, esperemos que el nuevo arzobispo se gane el purpurado pronto. De la otra señal de debilidad de la ciudad (que el Betis esté en 2ª) no hablo. Hay silencios que dicen mucho más.