¿Puede un banco ser ético? ¿Existe la banca sostenible? A ambas preguntas la respuesta es simp,e y clara: si. Preguntarse a uno mismo si un banco puede ser ética dice poco de ellos mimos, pero estimados señores y señoras de la banca, no se agobien, bienvenidos al club de los desacreditados junto a los políticos, jueces y por supuesto, periodistas.
Pero un movimiento relativamente nuevo de hacer las cosas va tomando cuerpo en nuestra sociedad. Se trata de la banca sostenible y coherente. ¿Qué es eso? Pues algo muy sencillo, unas sociedades que se dedican a lo mismo que el resto de bancos pero con ciertas reglas. Al meter tu dinero en sus depósitos sabrás exactamente qué están haciendo con él. Las rentabilidades económicas son menores pero las éticas son plenamente reconfortantes.
Dicen los responsables de esta banca que lo que pretenden es acabar con la doble moral de algunas personas que, por ejemplo se declaran pacifistas y que sin embargo luego tienen su dinero en bancos que usan sus depósitos para financiar la compra y la fabricación de armamento.
Este tipo de banca también promete no especular. Dicen que a pesar de que las posibilidades de pegar el pelotazo se reducen al mínimo, la seguridad en los beneficios es más clara. En momentos en los que nos hemos despertado del sueño del dinero fácil, cuando nos hemos dado cuenta de que hay valores sociales que están por encima del éxito personal, no es de extrañar que iniciativas como ésta estén teniendo tanto éxito y que algunas entidades de banca ética y sostenible estén abriendo sucursales por todo el país. Otra banca es posible
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