Cuando me enteré de que tres de mis idolatradas personas relacionadas con el mundo del cine se habían unido para hacer una película supe que hicieran lo que hicieran iría a verla. Se trataba de Leonor Watling, Elijah Wood y Alex de la Iglesia. A la actriz la adoro desde que la vi en Son de Mar haciendo de Martina, mi personaje femenino favorito; al actor por la trilogía de El Señor de los Anillos, el único Frodo posible; y a Alex de la Iglesia por El Día de la Bestia y La Comunidad.
Ayer me escapé a verla en versión original y la verdad es que no salí todo lo contento que debiera. Vereis, la peli está bien, es una historia llena de trucos y giros de guión bien enlazados que poco a poco te van llevando donde quiere, con un final tan previsible como inesperado por él mismo, pero que funciona. Pero no llena.
Mención aparte el plano secuencia del descubrimiento del primer asesinato. Todo un alarde de maestría que podría marcar todo el estilo de la película si se repitiera en otros momentos, aunque no fuera tan largos, para hacerlo el modus operandi, o la marca de la casa de la película. Una pena. Parece como si al director le hubiese dado miedo ser más él mismo, más propio en detrimento de un lenguaje más usual y comercial en el extranjero. Una pena, una pena.
Pero lo que más me llamó la atención y que me sacó de la película un rato fue el hecho de ver a los dos actores enrollados. Si, ya sé que suena algo raro pero me pasó. Vi a Martina y a Frodo morreándose y eso, amigos, eso es demasiado ver para mi. Eso si que es un tesoro, señor bolsón, y no la porquería de alaja por la que recorriste media Tierra Med... Frodo y Martina juntos, como diría Jorge Javier, Muy Fuerte!
3 comentarios:
jeje,a mí me pasó lo mismo, solo conseguía ver a Frodo y Martina...extraña pareja.Has leído el libro?? (son de mar).Ya sabes,pasaba por aqui... ;-)
Siii! Es uno de mis libros favoritos. De hecho, tengo una relación muy especial con ese libro, con Denia, que es donde se desarrolla y con la historia. Manuel Vicent es maravilloso y en Son de Mar supo captar, a mi modestísimo modo de ver, la esencia de las historias de amor. En una las contó todas.
No sabía que la historia transcurría en Denia,me parece que tendré que volver a leerlo...y mira que yo tambien tengo una relación especial con Denia...gran fallo por mi parte
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