El sevillano Javier Villanueva vuelve a España tras cuatro años de pesadilla en los que ha estado en la cárcel y en arresto domiciario, acusado del asesinato de una fiscal boliviana. No conozco personalmente a Javier pero os aseguro que su historia me queda muy, muy cerca y siempre le creí inocente por lo que me alegro enormemente de que la historia haya acabado bien. Parece que llega en horas a nuestro país. También me alegro por su familia, que me consta que lo ha pasado super mal con todo este asunto y que al fin ven la luz después de años de sufrimiento.
Pero ahora comienza otra historia. Ahora va a haber mucha gente que se va a querer hacer fotos con Villanueva, que van a decir que gracias a ellos todo terminó bien, que hicieron tal o cual gestión... Y la tele se hará eco de sus vivencias. Hará un recorrido más o menos amplio por los canales explicando su calvario y hará bien en cobrar por ello. Otros cobran mucho más por contar cosas mucho menos interesantes.
Pero un día todo eso se va a acabar y entonces es cuando hay que ayudar a un hombre que lleva cuatro años fuera del país, sin poder trabajar y que tiene que buscar una salida profesional porque tanto él como su familia han tenido que hacer grandes desembolsos para poder llegar hasta aquí. Por eso le pido desde aquí a todos los que se van a hacer fotos con Villanueva recién llegado que no le olviden dentro de un año, cuando la resaca de la vuelta se haya acabado, cuando ya no interese su historia a las televisiones y se tenga que buscar la vida.
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