Casas, lágrimas, pintura, alegría

La especulación inmobiliaria no tiene nada que ver con este post. Sólo el asunto inmobiliario, pero la construcción de casas me traen a la mente cosas muy diferentes a las que normalmente se ven en los periódicos. Desde pequeño asocio la construcción de una casa a un periodo de mi vida y recuerdo, por ejemplo, como construyeron un gran colegio junto a mi casa. Yo iba a otro mucho más pequeño y antiguo y día a día iba viendo como aquel edificio crecía, como iban apareciendo pistas de fútbol, canchas de baloncesto y otras maravillas que se debían esconder tras aquellas verjas, mientras yo seguía jugando en una azotea de mala muerte al fútbol con una pelota hecha de papel de periódico y cinta americana. No exagero ni un ápice. Era el año 1976 y 1977.

El verano de 2005 lo tengo asociado a un grupo de chalets de Chiclana que construyeron justo enfrente de casa de mi tío Rafa. En tres meses levantaron cuatro casas. Sería que eran ilegales y había que hacerlas antes de que se dieran cuenta las autoridades. Yo estaba fatal, lloraba cada día horas y horas mientras las casas crecían. Me dio por pensar que cada lágrima que caía de mis ojos se convertía en un ladrillo que iba a parar a aquellos chalets... Y con mi llanto construyeron cuatro.

Este 2007 tampoco ha sido un buen año para mi. A principios de año mi frágil universo volvió a destruirse y comenzaron a reconstruir una casa justo al lado de la mía y asocié mis nuevos malos momentos a esa vivienda. La he visto crecer mes a mes con la esperanza de que mi mala sombra se termine cuando se acabe y pongan a la venta los pisos que han construido. Un año entero para los cimientos, los muros, la forjas... Un año. Hace una semana la han comenzado a pintar y me he puesto super contento. Ya le queda menos... ¿Ojalá a mi también?