Se me fue el 18 de julio y no tuve la oportunidad de recordar, como cada año, que fue tal día como hoy (ayer) cuando un grupo de militares decidieron tomarse la justicia por su mano levantándose contra el legítimo poder establecido provocando una guerra civil que aún hoy sigue viva en las habitaciones más olvidadas de cada casa..
Ayer mismo mi padre me contaba un episodio que tenía que ver con la guerra y al terminar el relato me decía: "Pero eso no se puede contar. Sus hijos y sus nietos están vivos y si aireas esto no nos lo perdonarían". Y como esa, en cada casa, en cada pueblo y en cada barrio hay algo que ocultar, que es mejor olvidar para no hacer daño, para no remover, pero que está presente y que explica muchas cosas que pasan y que los medios de comunicación y los analistas se niegan a ver.
Quisiera que el 18 de julio dejara de ser el día del Glorioso Alzamiento y fuera la jornada en la que pudiéramos recordar a las víctimas de aquella guerra cruenta que sacó lo peor de cada uno durante tres años y su posterior postguerra, más dura si cabe, que duró cuarenta largos años de hambre, pobreza y ausencia de libertad.
Nunca, por muy mal que estén las cosas, y ahora también estánb muy mal, nadie debe tomar las armas para arreglar un conflicto. Si al menos hemols aprendido eso, quizás mi generación no tenga que ver una guerra en España. sería la primera de la historia.
Ayer mismo mi padre me contaba un episodio que tenía que ver con la guerra y al terminar el relato me decía: "Pero eso no se puede contar. Sus hijos y sus nietos están vivos y si aireas esto no nos lo perdonarían". Y como esa, en cada casa, en cada pueblo y en cada barrio hay algo que ocultar, que es mejor olvidar para no hacer daño, para no remover, pero que está presente y que explica muchas cosas que pasan y que los medios de comunicación y los analistas se niegan a ver.
Quisiera que el 18 de julio dejara de ser el día del Glorioso Alzamiento y fuera la jornada en la que pudiéramos recordar a las víctimas de aquella guerra cruenta que sacó lo peor de cada uno durante tres años y su posterior postguerra, más dura si cabe, que duró cuarenta largos años de hambre, pobreza y ausencia de libertad.
Nunca, por muy mal que estén las cosas, y ahora también estánb muy mal, nadie debe tomar las armas para arreglar un conflicto. Si al menos hemols aprendido eso, quizás mi generación no tenga que ver una guerra en España. sería la primera de la historia.
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