lunes, 3 de mayo de 2010

La libertad de prensa un preciado bien al alcance de muy pocos

Hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa y, para aquellos que piensen que no hace falta celebrar un día como hoy le daré algunos datos recogidos por Reporteros sin fronteras en un documento que pone los pelos de punta.
Se trata de 40 nombres de los "depredadores de la libertad de prensa" en este 2010. 40 políticos, dirigentes de instituciones del Estado, jefes religiosos, milicias y organizaciones criminales que atacan directamente a los periodistas, que hacen de la prensa su enemigo preferido, su bestia negra. Poderosos, peligrosos, violentos, están por encima de las leyes.
En Iberoamérica la violencia procede siempre del mismo quatuor infernal: narcotraficantes, la dictadura cubana, FARC y grupos paramilitares. En el continente africano también hay pocas modificaciones. En cambio, en Oriente Medio y Asia han cambiado algunas relaciones de fuerzas.

De la lista han desaparecido varios depredadores como en Somalia donde, en diciembre de 2008, cesaron a Mohamed Warsame Darwish, el jefe de los servicios de inteligencia y autor intelectual de varios raídas muy violentos, detenciones arbitrarias y disparos premeditados a los escasos periodistas del país. En Nigeria ha perdido su poder el SSS, servicio de seguridad del Estado. Desde hace poco, la policía nacional, y más particularmente su responsable Ogbonna Onovo, aparece en el país como el principal protagonista de las exacciones cometidas con la prensa. A la policía, que ya estaba mal formada antes, se le anima a usar la violencia con los periodistas, a fin de alejar a los testigos de sus operaciones.

A causa del actual conflicto larvado, los profesionales de la información en Irak tienen que enfrentarse a peligros reales para llevar a cabo su trabajo. Aunque la situación mejora poco a poco y la violencia afecta más a la población en general, y menos a los periodistas en particular. Ésa es la razón por la que Reporteros sin Fronteras ha retirado a los grupos islámicos de los depredadores. Un poco más al sur, en el Golfo Pérsico, Ali Abdulah Saleh, presidente de Yemen, ha hecho su aparición en la lista. Desde hace un año, el poder yemenita se ha endurecido: creación de un tribunal especial para delitos de prensa, una decena de periódicos perseguidos, una docena de periodistas inmersos en procesos…No debe filtrarse nada de las dos guerras sucias que el régimen lleva a cabo en el norte y el sur del país.

Resultaba difícil no adjudicar un lugar especial a las milicias privadas de Filipinas tras la masacre de medio centenar de personas, entre las que había 30 periodistas, cometida el 23 de noviembre de 2009 por secuaces del gobernador local de la provincia de Maguindanao. Las circunvoluciones de la justicia filipinas ponen de manifiesto la falta de voluntad política para juzgar a los responsables, ya que se trata de apoyos muy cercanos, y demasiado importantes, para la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo. Prevalece la impunidad.

También el Molá Omar, jefe de los talibanes, cuya influencia se extiende desde Afganistán a Pakistán, tiene en marcha una guerra santa contra la prensa libre, una guerra de ocupación del espacio mediático. En 2009 se produjeron alrededor de cuarenta ataques, directamente contra periodistas y oficinas de redacciones. El Molá Omar se ha ganado la plaza en la lista de depredadores, lo mismo que el presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, con quien Reporteros sin Fronteras se entrevistó en marzo de 2009. Sus chulescas poses de supuesta tolerancia, sus puntos de vista falsamente condescendientes sobre la libertad de prensa, no engañan a nadie. Anna Politkovskaya y Natalia Estemirova, ambas fervientes denunciantes de la "cuestión chechena" fueron abatidas; la primera en Moscú en octubre de 2006 y la segunda cerca de Grozny, en julio de 2009. Ramzan Kadyrov no es ajeno a esos asesinatos, como a muchos otros ocurridos en Chechenia, donde ha creado un auténtico régimen de terror.

Pero no quisierra terminar este post sin acordarme de otros depredadores de la libertad de prensa, que son aquellos para quienes han confundido ese término con la patente de corso para mentir, para no dejar que la verdad les estropee una buena noticia, para aquellos para los que se niegan a ver los hechos desde un punto de vista neutral; para los que se creen poseedores de la verdad; para los que no son conscientes de lo mucho que pueden hacer daño porque jamás ha salido su nombre encabezando una mentira en un titular. A todos aquellos que deshonran esta noble profesión habría que recordarles la situación que viven algunos compañeros en el mundo por hacer justamente lo contrario de lo que ellos hacen. Decir la verdad.

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