La ciudad de las favelas flotantes

La ciudad de las favelas flotantes está más allá del Sur. La reconocerás muy fácilmente porque los ricos viven en el suelo, en casas con cimientos y los pobres en barrios construídos en el aire y agarrados a la tierra tan sólo por diminutas cuerdas que apenas si las impiden precipitarse hacia arriba, al cielo inmundo.
En la ciudad de las favelas flotantes los ricos construyen sus casas hacía abajo, en largos y profundos edificios que bajan una barbaridad de metros, sepultados, seguros de no salir volando, asidos a la tierra que se empeña en expulsar a la humanidad porque en la ciudad de las favelas flotantes no hay gravedad para todos sus habitantes y sólo los más pudientes pueden dormir tranquilos al abrigo de una buena roca que los sujete a la tierra.
Hubo un día en que la gravedad comenzó a escasear así que unos pocos decidieron quedarse con las reservas que hubiera y gastarla solo en los momentos en los que les hiciera mucha falta. Eso hizo que los más pobres se fueran quedando sin, hasta que algunos comenzaron a salir volando, sin capacidad para permanecer en el suelo. Y así nacieron las favelas flotantes. Barrios enteros de casas amarradas a algún árbol de fuertes raices en las que viven los desheredados.
Todas las mañanas, los habitantes de las favelas flotantes se agarran a sus cuerdas y tiran lo más fuerte que pueden, todos a la vez, para intentar acercar sus barrios de chabolas infectas a la tierra, con la esperanza de que algún día, puedan pisar tierra firme como los que viven en ella.
En la ciudad de las favelas tener los pies en suelo no es un signo de cordura, allí significa que tienes el dinero suficiente para no salir volando.