Juntar manjares exquisitos no siempre te da un manjar aún mejor. Mezclar por ejemplo el mejor chocolate suizo y un salmorejo cordobés no te garantiza que el resultado sea exitoso. ¡Pero ay cuando los elementos agregados conforman un todo delicioso! Entonces podemos decir que casi hemos alcanzado el cielo, y eso fue lo que anoche pudimos ver en el Teatro Lope de Vega con la interpretación de la alemana Ute Lemper junto a Mario Gas en "The Bukowski project", una mezcla de una magistral cantante, un tremendo director y actor y una poesía soberbia junto a unos músicos que estuvieron muy bien.
Conocí a Bukuwski gracias a mi primo Marcos, que sabe de literatura americana mucho más que yo. Fue él quien me descubrió el talento desgarrador de este autor maldito que tiene novelas impresionantes como La Senda del Perdedor o Factotum, y cuya poesía es tan bueno como en algunos casos, irreverente.
Con esos mimbres Ute Lemper y Mario Gas han concebido un expectáculo muy cercano al spoken word que no deja indiferente a nadie. Lemper tiene una sensualidad enigmática y una fuerza vocal que arrollan y Mario Gas ejecuta perfectamente un papel de Bukowski fabricado a su medida, con una voz que inunda el teatro.
Una pena que sólo hayan estado en Sevilla un sólo día. El público respondió llenando la sala y aplaudiendo como se merecía la ocasión. Y yo, bueno, yo he aprendido mucho,
Conocí a Bukuwski gracias a mi primo Marcos, que sabe de literatura americana mucho más que yo. Fue él quien me descubrió el talento desgarrador de este autor maldito que tiene novelas impresionantes como La Senda del Perdedor o Factotum, y cuya poesía es tan bueno como en algunos casos, irreverente.
Con esos mimbres Ute Lemper y Mario Gas han concebido un expectáculo muy cercano al spoken word que no deja indiferente a nadie. Lemper tiene una sensualidad enigmática y una fuerza vocal que arrollan y Mario Gas ejecuta perfectamente un papel de Bukowski fabricado a su medida, con una voz que inunda el teatro.
Una pena que sólo hayan estado en Sevilla un sólo día. El público respondió llenando la sala y aplaudiendo como se merecía la ocasión. Y yo, bueno, yo he aprendido mucho,
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