lunes, 19 de abril de 2010

El extraño derecho a llevar armas


Reproduzco un reportaje publicado en El País de Yolanda Monge sobre el derecho que la constitución de EE.UU. da a sus ciudadanos de llevar armas. Visto desde Europa la cosa suena a cachondeo pero quien ha vivido en la América produnda y sabe que los westerns son para algunas personas, películas "de época" como lo son las de romanos o las del Cid para nosotros, el tema comienza a explicarse (que no a justificarlo).
Hoy, en pleno siglo XXI, los americanos siguen planteandose si son como sus hermanos europeos o son un mundo aparte.

Dice que "siempre existen amenazas"; que "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde [en referencia a la segunda enmienda]"; y que "las armas no matan, matan las personas". Lo dice Sam Waterson y lo dicen otros cientos que como él se concentran a estas horas en un parque de Alexandria (norte de Virginia, a tiro de rifle con mira telescópica del Capitolio de Washington). Los defensores de la tenencia de armas de fuego han elegido el día de hoy para manifestarse y reclamar su derecho constitucional a tenerlas.

La fecha no podría ser más simbólica -aunque ellos lo niegan y remitan la elección de la jornada al aniversario de las batallas de Concord y Lexington que iniciaron la guerra de Independencia-. Hace 15 años, Timothy McVeigh detonaba una bomba frente a un edifico federal en la ciudad de Oklahoma. En el atentado murieron 168 personas y se convirtió por aquel entonces en el peor ataque terrorista cometido en Estados Unidos.

McVeigh está muerto, fue declarado culpable y ejecutado en junio de 2001 por inyección letal. Dos años antes de Oklahoma, el 19 de abril de 1993, agentes federales asaltaban el rancho de los Davidianos de Waco (Tejas) tras 51 días de resistencia armada. El resultado fue 66 personas muertas y el peor escándalo en la historia del FBI.

Quienes ahora se manifiestan en Gravelly Point (Virginia, lugar desde donde se ve a la perfección el despegue y aterrizaje de los aviones que salen y entran en el aeropuerto Reagan de Washington) creen que la presidencia de Barack Obama -primer presidente negro del país- amenaza su derecho reconocido en la Segunda Enmienda -derecho que tiene otras lecturas, según algunos juristas, incluido el saliente juez del Supremo John Paul Stevens-. "Siendo una milicia bien preparada necesaria para la seguridad de un Estado libre, no se vulnerará el derecho de los ciudadanos a poseer y portar armas"... Eso dice la Segunda Enmienda y los partidarios de cargar un arma al cinto lo consideran un derecho fundamental recogido en la Constitución americana.

La Marcha por la Segunda Enmienda concentra en Washington a ciudadanos enfadados con la política de la Administración demócrata que a su pesar tuvieron que congregarse desarmados ya que las leyes del Distrito de Columbia no permiten la exhibición pública de armas de fuego. Diferente es lo que se observaba en el Parque Nacional de Fort Hunt, donde decenas de personas -mujeres y hombres- cargaban rifles o revólveres -enfundados y descargados, eso sí, por seguridad- en su acto de protesta. Según cifras oficiales, unos 60 millones de estadounidenses (población total de más de 305 millones) poseen más de 200 millones de armas de fuego, lo que supone el mayor arsenal del mundo en manos privadas.

"No somos extremistas, sólo queremos contar con el derecho a protegernos y proteger nuestro país", dice Waterson. Y lo dice cuando existe un resurgir de las milicias ciudadanas que pretenden atentar contra el Gobierno Federal y en un ambiente político en el que crece el miedo a lo extranjero justificado en la grave crisis económica que golpea a Estados Unidos.

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