Veo poquísimo. Tengo agtismatismo, hipermetropía y estrabismo, un primor visual vamos. Tengo de todo menos glaucoma, cataratas y miopía. Sobre todo, lo que no tengo es miopía. Andan las aguas revueltas en el PP, eso lo sabe todo el mundo, y estamos asistiendo a la bronca casi en directo, como un vecino que se asoma a la ventana y ve a los del segundo en plena pelea. Y ante tal circunstancia me quedo perplejo con los comentarios que, en bajito o no tanto, hacen algunos líderes, pensadores y estrategas del PSOE.
Es evidente que la oposición natural de un partido es el otro y que si a uno le va mal, pues mejor para el contrincante... ¿o no?
Pues no.
Algunos sabios del PSOE se alegran de la gresca pepera pensando que eso es bueno para ellos y no se dan cuenta de que esa pelea puede traer aires de cambio en la derecha y la llegada de un/ una ZP del PP haría resurgir al a calle Génova. Sin embargo, si Rajoy se queda, la victoria del PSOE dentro de cuatro años está casi asegurada. El presidente popular ha demostrado su incapacidad para ganarle a Zapatero dos veces, por tanto, si yo fuera responsable socialista me gustaría que siguiera muchos años y no me alegraría de sus horas bajas. Pero eso es ver más allá de las narices de uno, más allá del titular de la mañana... Se llama estrategia a largo plazo.
Tras la derrota de González en el 96 el PSOE se agarró al continuismo de la mano de Almunia, casi nombrado a dedo por el ex presidente (como Aznar con Rajoy) y tan mal iban las cosas que se hicieron unas primarias que ganó Borrell. La llegada del nuevo candidato provocó lo que se llamó "El Efecto Borrell", y el PSOE se situó durante un tiempo por delante en todas las encuestas, la ciudadanía percibía un cambio en el PSOE y lo agradecía con simpatía. Sólo la fuerte oposición interna y los clásicos navajazos hicieron desistir a Borrell, Almunia tomó una vez más el relevo y la imagen siguiente fue la de Aznar celebrando la mayoría absoluta.
Tras la derrota de 2000 llegó la catarsis y ZP... y con él, la victoria y la revictoria del PSOE. Pues bien, si los socialistas conocen su historia, deberían entender que si el PP sigue como está, seguirá donde está, osea, en la oposición. Si cambia... no sabemos lo que puede pasar. Alegrarse de la bronca ajena cuando a tu adversario le va mal es ver muy poco, pero esto son sólo reflexiones de periodista, los analistas y estrategas son otros.
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