lunes, 19 de febrero de 2007

Estatuto de baja intensidad


Democracia de baja intensidad. Los andaluces hemos decidido aceptar el nuevo estatuto de autonomía dando un apoyo mayoritario al texto propuesto pero con unos índices de participación demasiado bajos. El hecho de que vaya poca gente a votar no resta legitimidad al proceso, el voto, en España, es un derecho, no un deber, y ayer ese derecho estuvo garantizado.

Salen ahora miles de analistas intentando explicar los motivos de esa bajísima participación y cada uno tiene su propia conclusión dependiendo del prisma. Los socialistas achacan el resultado al exceso de confianza, los populares a la falta de demanda de la reforma... Yo soy un poco más humilde. Reconozco que no tengo ni idea. Eso lo sabe cada uno, y habría que preguntárselo a los andaluces y no andar dogmatizando sobre algo que es muy complicado de saber.

Prefiero fijarme en lo empíricamente demostrable. El estatuto sólo ha interesado a un 34% de los andaluces y eso significa que algo hemos hecho mal. La democracia no sólo tiene que ser legítima y un derecho para sus ciudadanos, tiene que ser vista por estos como un medio real para resolver sus problemas y para lograr sus anhelos personales y sociales y hoy, por hoy, visto lo visto, eso no es así.

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