Esta mañana Tico Medina en su columna de Canal Sur Radio ha dicho que la gente de interior amamos tanto o más a la mar y que el planeta, al estar casi entero cubierto de agua, no debería llamarse Tierra. Lo hacía como introducción de un asunto que me ha llamado la atención.
El Rey de Marruecos Mohamed VI ha firmado al fin el acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión Europea, lo que supone que unas cien embarcaciones españolas podrás faenar en aguas marroquíes en fechas muy próximas. La UE lleva sin acuerdo de pesca con Marruecos desde que expiró el anterior en 1999. A diferencia de aquel, que daba derecho a faenar a 477 embarcaciones, el actual sólo permitirá a 119, de las que un centenar son pesqueros españoles.
Las negociaciones han sido largas y difíciles pero el interés para ambas partes -para la UE es su acuerdo pesquero más importante y para Marruecos un sustento económico vital- ha hecho que se llegara a un final satisfactorio para ambos.
Para la pesca andaluza supone un desahogo ante la difícil situación que estaba viviendo el sector y la sobre explotación de los caladeros nacionales.
Hace días hablaba de mi amigo José Vega y contaba las penurias que está pasando para hacer rentable una inversión millonaria que hizo en su barco con el beneplácito de las administraciones que se felicitaban por el avance tecnológico que suponían barcos como el que Vega había adquirido. Aun no he hablado con él, pero me imagino que estará contento y que ésto abre una luz a la esperanza a la gente de la mar andaluza, que tan mal lo ha pasado en los últimos años. Me consta que la ministra de Agricultura y Pesca lo sabía (es gallega y sabe de esto) y que se ha esforzado lo suyo para conseguir este final feliz. Eso es arreglar lo problemas de la gente, eso es política.