martes, 6 de diciembre de 2011

Envidia cochina

El cinco veces campeón del Tour de Francia Bernard Hinault ha dicho que su compatriota Yannick Noah "tenía razón" cuando decía que había que sospechar de dopaje en el deporte español. Los franceses no se explican la edad de oro de nuestro deporte y tratan de ensuciarlo con acusaciones más o menos veladas de actuaciones antideportivas y de permisividad de las autoridades españolas. Como siempre, los franceses no saben perder, y menos si el que gana es español.
Tenía idolatrados a Noah y a Hinault desde sus triunfos en los 80. Me parecían estrellas apabullantes e insuperables y veía a nuestros deportistas mirarlos en las carreteras y en las pistas de tenis con admiración y respeto. Con estas declaraciones ambos se caen de mi pedestal imaginario y pasan a la zona de "los envidiosos". Cumplen con el tópico del país vecino.
Habría que recordarle a Hinault que los españoles han ganado el Tour cinco años consecutivos del 2006 al 2010. Y que han sido tres corredores diferentes quienes lo han hecho mientras que el último frances que lo ganó fue... ¡El en 1985!!!!!
Y a Noah le podemos hablar de Roland Garros. De los últimos 20 torneos, es decir desde 1991, los españoles han ganado 11 (más de la mitad un sólo país) entre cuatro representantes. Mientras, en ese mismo tiempo los franceses han ganado... ¡Ninguno!!!! Y es que el último francés que ganó Roland Garros fue... ¡¡Yannick Noah!!!! en 1983... Ya ha llovido.
¿Casualidad?
¿No deberían los franceses plantearse los motivos por los que no son capaces de ganar sus prestigiosos torneos en vez de intentar tapar sus vergüenzas ensuciando el nombre del deporte español?
 Las cosas se hicieron muy bien para la Olimpiada de Barcelona, que sirvió para cambiar el modelo de nuestro deporte y se ha ido mejorarndo a lo largo de los últimos 20 años. Mejores instalaciones, mejores entrenadores, deportistas becados, buenas competiciones nacionales... y buena alimentación de un país que ya no es de tercera.

Los éxitos del deporte español son tantos y tan variados que acusarlos de dopaje para explicarlos es sencillamente absurdo.Tendría sentido si nunca compitieran fuera de España pero los éxitos son internacionales, los jueces también y los controlesw antipopaje son realizados por las federaciones mundiales y aunque para el PP ZP es capaz de todo, no creo que el Gobierno español haya sido capaz de influir en esos comités.
Noah mira al sur de su país y se lo llevan los demonios. Lo suyo es además pasión de padre porque su hijo salió escaldado en la final del campeonato de Europa de baloncesto donde España derroto a la Francia de su vástago dándole una buena tunda y donde el esmirriao de Navarro fue declarado MVP del torneo. ¿también va a acusar al jugador español doparse? Señor Noah, dígale a su hijo que entrene y que aprenda y deje de llorar. Y lo de Hinault... Pues nada, chochea.

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