Está lleno de detalles, de viejas historias, de juegos...
Nos engancha desde el principio hasta el final.
Nos tiene en vilo.
Nos hace reir.
Nos hace llorar.
Nos saca una sonrisa nostálgica.
¿No se trata de eso en publicidad?
(Pero es probable que la gente de menos de 30 lo tiene difícil para entenderlo).
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