¿Hay alguien que conciba internet sin Youtube?
Pues acaba de cumplir cinco años.
¿No me creen?
Es real.
En internet, las cosas van así de rápido. De pronto algo nace y se hace imprescindible, se hace cotidiano y su uso masivo hasta tal punto que perdemos la perspectiva histórica por completo, o mejor dicho, esa perspectiva se modifica y lo que antes tardaba una década en hacerse popular ahora sólo seis meses.
Youtube supone una herramienta fundamental para todo. Desde el ocio hasta la empresa o la política, todos estamos, todos tenemos algo colgado ahí o acudimos a ver vídeos que nos interesan en esta biblioteca audiovisual que sin lugar a dudas, ha modificado nuestras costumbres y que es la antesala de lo que yo mismo vaticiné (y que conste que odio citarme a mi mismo) en una clase que impartí en la UNIA en La Rábida en agosto de 2008: La web, como tal, ha muerto. El futuro está en manos de las IPTV´s.
En estos cinco años, Youtube ha demostrado que cuando a un internauta le das vídeo, se lo queda en favor de las estáticas letras. Y todas las páginas webs han ido, de una u otra manera, incorporando vídeos a sus contenidos, bien propios, bien enlazando los del propio Youtube.
Las webs cada día tienen más vídeos y menos letras y llegará un momento en que se cambien las tornas y las webs dejen de ser eso, webs, y pasen a ser IPTV´s.
¿Qué es una IPTV?
Es una tele propia.
Pongamos que una empresa tiene hoy una web en la que cuenta a sus clientes quienes son y qué hacen; sus noticias de actualidad, etc...
Dentro de nada, todos esos contenidos los hará con diferentes vídeos. Y para eso, la mejor herramienta es una IPTV. Los contenidos en letras quedarán reducidos a algunos enlaces que requieran de una lectura pausada o para encargos que deben hacerse por escrito.
Y lo mismo le pasará a las administraciones, las IPTV serán las cabeceras de sus contenidos y su vehículo de información al ciudadano a través de la red.
Todo eso va a ocurrir antes de que nos demos cuenta. Como ha pasado con Youtube, que ha cumplido cinco años y nos parece que tenga cincuenta. La vida en la red va tan deprísísima...
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