martes, 6 de noviembre de 2012

Ayúdame mientras te atizo por ello

Ayer los periodistas de Sevilla dieron un #paseoinformativo para contarle a la ciudadanía lo que está pasando en la profesión en los últimos tiempos: Descrédito, intrusismo, despidos, huelgas ... En un mundo teóricamente cada vez más informado parece que sobran periodistas cuando la información es imposible sin nosotros. Dicho esto hay varias reflexiones que nos deben hacer pensar a todos sobre los motivos de lo que está pasando ahora y lo que hemos hecho, entre todos, al respecto. Los periodistas no somos culpables de esta crisis, pero quizás se podría haber hecho más... O menos.
- La prensa en papel vive una "tormenta perfecta" en la que los cambios en los hábitos de consumo informativo hacen que haya que cambiar el modelo de lo que sale a la calle cada mañana. A eso hay que añadir la crisis española que se mezcla con la crisis en la publicidad, que busca nuevos soportes, más agresivos y desalmados con los medios a los que hace responsables de sus ventas directamente.
- Los diarios de hoy no son rentables, ni siquiera bajando los indecentes sueldos de los directivos de las empresas que los sustentan. De eso tienen la culpa
A- Los ingresos que han bajado: Tanto la venta de periódicos, como la venta de publicidad. Eso es porque no se hacen productos atractivos para la sociedad y para las empresas
B- Los gastos están por encima de lo posible: El papel es más caro, la distribución también, las redacciones son más caras de lo que los medios pueden pagar, hay más jefes que indios y los directivos pretenden seguir ganando el mismo o más dinero que antes.
 
En la cuestión de los ingresos quiero detenerme especialmente en la publicidad institucional, porque es un hecho que me parece que los periodistas hemos jugado un papel especialmente torpe.
Pondré un ejemplo:
- Una consejera (digo consejera porque últimamente son mayoría) cualquiera da una rueda de prensa. Ante ella dos decenas de periodistas la escuchan hablar de los persupuestos de su departamento. En su alocución destaca las dificultades para poder hacer frente a todas las necesidades que tiene que hacer frente y ante esta coyuntura anuncia como una de las medidas de ahorro la bajada en un 60% de la publicidad institucional para ese año. Ninguno de los redactores allí presentes se sienten aludidos, para nadie aquello es un jarro de agua fría, nadie se levanta indignado ante la medida. Imaginemos que esa misma consejera está ante un grupo de trabajadores relacionados con el mundo del automóvil. ¿Alguien se la imagina anunciando allí mismo que le va a quitar las ayudas al sector del coche? Se la comen. Nosotros, sin embargo aplaudimos la medida e incluso titulamos con ella como algo positivo y si tenemos un termómetro, un "sube o baja", un "palmas y pitos", la ponemos como la protagonista del día. La prensa no está subvencionada a diferencia de otros sectores, así que la única manera que tiene la administración  de ayudar al sector es a través de la publicidad institucional y si se la cargan pues empresas que "empataban" comienzan a perder. Y lo más triste es que han sido los propios periodistas los que han contribuido a generar una corriente de opinión en la sociedad de que eso es un despilfarro y no un derecho que tiene la ciudadanía a ser informada de lo que se hace con su dinero.
Es más, cuando el típico grupo de la oposición saca un informe que desvela el gasto de una administración en publicidad los medios rápidamente entran al trapo y lo usan para atizarle al gobierno de turno creando así en la sociedad la sensación de que se trata de autopropaganda y despilfarro sin ver un poquito más allá.
La publicidad institucional ha caido desde 2008 más de un 60%, y eso hay medios que no lo pueden soportar porque en el negocio de la prensa  administraciones cuando les hemos dado palos por hacerlo es incongruente. , ni siquiera en los mejores tiempos, las empresas ganaban tanto. Pedirle ayuda ahora a las administraciones cuando les hemos dado palos por hacerlo es incongruente. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
 

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