Está a punto de pasar y que nadie diga que no lo avisé. Pronto, muy pronto, va a haber una revolución definitiva en la tarta de la publicidad y la balanza va a caer del lado de los medios on line, y será para no volver. Aquellos que no se hayan dado cuenta y no ofrezcan algo interesante en la red morirán.
Hasta ahora, el aumento de las ventas de publicidad en internet no ha crecido al mismo ritmo que la bajada de ingresos en papel... ¿O si? Mientras internet crecía entre un 7% y un 15% dependiendo de los años, la publicidad en papel se reducía un 2% o un 5%... Pero si miramos los números absolutos las cifras si que se parecían bastante.
Pero a ese cambio estable y lineal en el tiempo puede venirle un tsunami. Puede que muy pronto la cosa cambie radicalmente y no a ese ritmo, y las consecuencias para los que no se hayan dado cuenta pueden ser devastadoras.
Ante esa situación a los medios impresos le quedan varias opciones:
- Cerrar la edición de papel y si no han hecho los deberes en internet dedicarse a la venta de pañuelos en los semáforos o al sector de los recambios de perfumes.
- Cerrar la edición de papel y si han hecho los deberes dedicarse a la edición on line, con menos gastos pero con infinitos menos ingresos.
- Dejar abierta la edición de papel aquilatando los gastos y dejándola como una diferencia de calidad frente a los competidores, ofreciendo contenidos diferentes a la red y aportando todo lo bueno que el pael tiene (que es mucho). Y acompañándo eso a una edición en internet puntera, equi8librando los gastos a los ingresos que ofrece la red para hacer el mejor producto posible.
- Dejar abierta la edición de papel y pelearse contra el mundo al estilo de los ratones del libro ¿Quien se ha llevado mi queso? negando la realidad que no es otra que los tiempos en que un comercial o la agencia amiga te llamaba para decirte cuanto te iba a meter este mes por tu cara bonita y tu prestigio social se han acabado.
Y a todo eso habrá que sumar el enorme trabajo que nos queda a todos para dignificar la publicidad en internet. Primero se regalaba directamente, más adelante se ha comenzado a cobrar, aunque con mínimos ingresos por impacto, y poco a poco los anunciantes comienzan a entender que es tan válida o más que la convencional y que por eso hay que pagar igual. Vamnos dando pasos en esa dirección y en la AEPG tenemos una buena muestra de ello con el acuerdo que hemos firmado con Adcloud por el que nuestros socios cederán espacio a esta empresa para que los comercialice a un precio más que razonable. No sé qué hará el resto, pero la prensa gratuita se prepara para el tsunami. No digan que no avisé.
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