Miedo me da el 2011.
Estos días ando viéndome con gente que está haciendo presupuestos públicos para el año que viene y me tienen más que asustado. Los recortes que hasta venía sufriendo la publicidad no son nada con la perspectiva que se abre para el 2011, y eso supone un gravísimo quebranto para la prensa gratuita, que ya lleva pasadas muchas penurias desde hace un par de años.
La crisis se está llevando por delante a un sector que hace unos años era el más pujante de la prensa, pero que debido a los enormes recortes en publicidad de las empresas privadas y las instituciones públicas, lo están pasando muy mal. Y lo malo es que en este sector los próximos 12 meses no son nada halagüeños. Será muy difícil que levantemos cabeza con ese tipo de política.
Ya sabemos cómo algunos ven la publicidad como un gasto superfluo y que criticar esa inversión (que no gasto) es un recurso fácil para aquellos que están en la oposición, No entienden que la publicidad es una de las bases de la comunicación y que es, además, la manera que tienen las instituciones, de apoyar a un sector fundamental para mantener a un sector de la población informada y fomentar la lectura entre aquellos que, si no leen prensa gratuita, no leen absolutamente nada.
Espero que las cosas cambien y que los políticos reflexiones sobre la necesidad de ahorro en aquellas cosas que realmente sean prescindibles. Pero contarle a la ciudadanía lo que hacen con el dinero público me parece demasiado importante como para jugar con ello. Aparte de los puestos de trabajo y las empresas que dependen de esas inversiones.
Estos días ando viéndome con gente que está haciendo presupuestos públicos para el año que viene y me tienen más que asustado. Los recortes que hasta venía sufriendo la publicidad no son nada con la perspectiva que se abre para el 2011, y eso supone un gravísimo quebranto para la prensa gratuita, que ya lleva pasadas muchas penurias desde hace un par de años.
La crisis se está llevando por delante a un sector que hace unos años era el más pujante de la prensa, pero que debido a los enormes recortes en publicidad de las empresas privadas y las instituciones públicas, lo están pasando muy mal. Y lo malo es que en este sector los próximos 12 meses no son nada halagüeños. Será muy difícil que levantemos cabeza con ese tipo de política.
Ya sabemos cómo algunos ven la publicidad como un gasto superfluo y que criticar esa inversión (que no gasto) es un recurso fácil para aquellos que están en la oposición, No entienden que la publicidad es una de las bases de la comunicación y que es, además, la manera que tienen las instituciones, de apoyar a un sector fundamental para mantener a un sector de la población informada y fomentar la lectura entre aquellos que, si no leen prensa gratuita, no leen absolutamente nada.
Espero que las cosas cambien y que los políticos reflexiones sobre la necesidad de ahorro en aquellas cosas que realmente sean prescindibles. Pero contarle a la ciudadanía lo que hacen con el dinero público me parece demasiado importante como para jugar con ello. Aparte de los puestos de trabajo y las empresas que dependen de esas inversiones.
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