miércoles, 29 de agosto de 2012

Los "Ecce Homo" son para el verano, el patrimonio es para siempre

A estas horas todos nos hemos partido de risa con la historia de Ecce Homo de Borja. La historia, el resultado y el verano parecen realmente sacados de una película de Javier Fesser aunque a un guionista lo tiene complicado para poner en un papel algo tan extraordinario. Además, la capacidad de propagación de internet y de las redes sociales son cada día más sorprendentes. En España nos gustan las coñas y más aún en verano. Más que las bicicletas.
Pero no me quedaré hoy en un análisis de la enorme repercusión que ha tenido esta historia en nuestro país (Cataluña y Euskadi incluído donde también ha sido Trending Topic a pesar de que algunos se empeñen en pensar que son tan diferentes). Es que también han salido noticias en más de 100 países. Al Ecce Homo lo han dejado como un idem. Si el objetivo de los romanos de darle una paliza a Cristo, ponerle una corona de espinos, darle una vara y ponerle un manto a modo de rey era ridiculizarlo, lo que ha hecho esta señora no sé qué nombre tiene.
Esta historia llena de anécdotas guarda en realidad un asunto muy serio y es la conservación del patrimonio que encierran las iglesias y las casas de este país. Tengo familia directa que se dedica a la restauración y he tenido la oportunidad de ver estatuas o trozos de un retablo de un altar mayor en mal estado que estaban siendo tratadas en un estudio. Casi todas esas piezas, al restaurarlas de manera profesional, tienen pinturas y partes que han sido tocadas anteriormente. Lo normal es que esas restauraciones se hicieran por manos inexpertas, por gente que tenía más fe que oficio y que hacía lo que podía. Era la costumbre.
Pero los tiempos han cambiado... ¿O no?
El primer responsable del cuidado de una obra es su dueño. Uno posee algo para lo bueno y para lo malo. Piense en un cuadro de un autor prestigioso que decore su casa como antes decoraba la de sus padres y antes la de sus abuelos. ¿Si el cuadro necesitara una restauración quien cree que debería pagarla? ¿Quien sería el responsable de esos arreglos?
La polémica del Ecce Homo de Borja se cruza con la restauración de la iglesia de Santa Catalina en Sevilla. En ambos casos la propietaria es la iglesia y le corresponde a ella la conservación y el arreglo de sus propios bienes. Las administraciones públicas están para ayudar a los dueños del patrimonio, pero quien debe liderar esos arreglos son los que obstentas la titularidad y en los dos casos a los que me refiero, parece que desde las respectivas archidiósesis no se está todo lo encima que se requiere para que no hayan sufrido un daño irreparable en un caso y se corra verdadero peligro en el otro. 

No hay comentarios: