Quizás muchos ya lo hayan visto. Se trata de la reacción de unos niños frente a un ordenador de finales de los 70 o principios de los 80. Para los que vivimos esos años nos parece que fue ayer y si no nos paramos a reflexionar corremos el riesgo de creernos que las cosas no han cambiado tanto.
Pues si, hijos míos, las cosas han cambiado. Y mucho. Y si no que se lo digan a estos niños de hoy al enfrentarse a un cacharro que, para empezar, había que encender... ¡Por atrás! (¿Quien fue el listo que se le ocurrió poner el botón de arranque en la espalda del ordenador?).
Las reacciones de los niños son para hacérnoslo mirar y, en cierto sentido, sentirnos orgullosos de nosotros mismos por el camino andado en materia de tecnología. Para ellos, eso de los comandos, una pantalla negra con letras en verde o la ausencia de un ratón, hacen al ordenador algo sin posibilidad de uso aunque una vez que se ponen, como son nativos digitales, entienden los caminos y terminan manejándose con los vetustos computadores mejor de lo que lo hacían los que tuvieron que lidiar con ellos.
Sólo una recomendación... Para los más jóvenes. A todo cerdo le llega su San Martín. Aquellos que se rían con maldad de los armatostes que se usaban hace décadas verán un día cómo los nacidos en 2030 se ríen de los antiguos IPhones 5, y vuestros Ipads Air que lucís con tanto orgullo. Rezad porque al menos molen, y sean tan retros como lo es mi Macintosh, ese que luce en la cabecera de este blog.
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