Estos son mi amigo Uli Rass y su hija recién nacida Anna. Viven en Londres junto a la chica de Uli, Imke y son la familia feliz por excelencia.
Conocí a Uli hace 17 años en EE.UU. Cuando coincidimos en la Okemos High School, en Michigan y pronto nos hicimos inseparables, junto al italiano Luca Giamberini formábamos un trío europeo en medio de América. Teníamos la misma forma de pensar, los mismos gustos, las mismas referencias... fue entonces cuando me di cuenta de que los españoles al fin formábamos parte de algo más grande que se llamaba Europa y que eso de la Unión era real, no sólo gracias a la economía, sino gracias a todo lo demás... que es lo realmente importante. Tuve que ir a América para encontrarme a Europa, mi Europa, la del siglo XXI.
Luego nos separamos aunque hemos seguido en contacto, algo que me llena de orgullo. No es fácil. He seguido los pasos de Uli, de sus coqueteos con el béisbol, de sus triunfos en sus estudios, cuando conoció a Imke, de su avance profesional... Hoy Uli es una puñetera eminencia en el estudio del cáncer y trabaja en Londres junto a otros genios de medio mundo estudiando maneras de encontrar nuevas fórmulas de vencer a "la bicha", tratándose de este alemán, aseguro resultados inminentes. Es un genio. Desordenado, vago, irascible, tarda dos horas en arreglarse... un genio, vaya.
Pero su mayor triunfo es Anna. Esa cosita aria por los cuatro costados que sólo hace que comer y dormir, horas y horas, como su puñetero padre. Esa cría me da mogollón de envidia y me hace sentirme mayor, por los años vividos, pero feliz por ver cómo los amigos, los de verdad, se abren camino en la vida y logran sus objetivos vitales, que al final son los que cuentan. Gracias Uls. Taunsend Dank.
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