El incidente protagonizado por el presidente venezolano, Hugo Chavez, el Rey de España y el primer ministro español, Rodríguez Zapatero, ha sacado a la luz varios aspectos importantes de la actualidad política nacional e internacional que ya va siendo hora de analizar.
La cumbre ha demostrado el descontento que hay en algunos países Latinoamericanos por la política que siguen las empresas españolas instaladas allí. Nuestras compañías se hicieron cargo hace años de los servicios básicos de esos países, unos servicios que entonces eran deficitarios, pobres, mal gestionados y escasamente competitivos. Y sobre todo, daban mal servicio a sus ciudadanos. Estas empresas compraron esos servicios y se gastaron una millonada en inversiones de todo tipo para ponerlas al día, dotándolas de tecnología punta y un saber hacer que no existía. Hoy, son empresas que dan beneficios, que dan buen servicio y que han ayudado al desarrollo de esos países... Y ahora las quieren nacionalizar. ¡Hay que ser listos!
Eso no le da a las empresas españolas patente de corso para hacer lo que quieran, combátanse los atropellos si los hay, pero no es justo pretender quitarle lo que se han ganado.
Luego está la actitud de Chávez. Este tipo se descalifica por si mismo, y toda la razón que pueda tener en sus planteamientos desaparece en sus formas, tan importantes como el fondo.
Del Jefe del Estado me quedo con el "¡tu!" que dice antes del famoso "¿por qué no te callas?". Me impresiona más, me parece más llamativo. Se nota que el Rey está algo nervioso. En todos sus años de reinado nunca ha sido portada de tantas noticias políticas desde el golpe de Estado del 81. La quema de fotos en Cataluña, el viaje a Ceuta y Melilla... y ahora esto. Si el fondo era bueno las formas no me lo parecen tanto. Y en el Rey, TODO son las formas... el fondo, osea, la política, no le corresponde. Y ojo, que no lo digo yo, que lo dice la Constitución. Por más ganas que tuviera de mandar callar al ese cretino. No vale decir que el Rey es humano, se supone que no lo es del todo...
Y ZP fue el único que se salvó. Por eso he colgado la secuencia entera. El presidente demostró qué es el talante de verdad y cómo se puede tener toda la razón sin gritar, insultar ni mandar callar a nadie. Un ejemplo de buenas formas y buen fondo del que otros tendrían que aprender. Incluido Aznar, causante primero de todo este embrollo.
martes, 13 de noviembre de 2007
La frase del Rey y otras cosas
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