El anuncio del Lehendakari Ibarretxe que pretende convocar a los vascos para un referéndum soberanista para octubre de 2008 supone un ataque a la Constitución Española y es la mejor noticia que le pueden dar los nacionalistas vascos al Partido Popular a tan solo unos meses de las elecciones generales.
Con este anuncio el PP tiene parte de su campaña hecha. Ahora podrá decir que "España se rompe", que los nacionalismos se aprovechan de la candidez de Zapatero, que ellos son los garantes de la unidad del Estado, la constitución, la bandera y la madre que me parió...
Y es que está claro que el PP y los extremistas vascos (ala dura del PNV y la izquierda abertxale) y los catalanes (Mas y ERC) se necesitan unos a otros. Los nacionalistas necesitan un PP fuerte que les lleve a decir que no "caben" en un Estado que no respeta sus señas de identidad y el PP no puede sacar un buen puñado de votos en Castilla "La Antigua" sin la amenaza de los que no quieren una España unida. La estrategia de los conservadores ha sido siempre la de perder Euskadi para ganar España. Saben que por mucho que hagan allí, jamás sacarán más de 4 diputados. Sin embargo, gracias a la mano dura con los nacionalistas, pueden sacar muchos otros en Castilla, Extremadura, Andalucía, Cantabria... y Navarra. La mano dura contra los catalanes (recordemos episodios: Pujol, enano, habla castellano; recurso del Estatut) la dará buenos votos en Valencia, Baleares y Aragón. Sin embargo, el techo de 16 diputados es casi insalvable en Cataluña. Se trata de la aritmética genovesa.
¿Y el PSOE? Pues los socialistas lo tienen mal en este asunto. Porque querer contentar a todos y a si mismo en política rara vez es posible. El PSOE quiere lo coherente, lo correcto, llevarse bien con todos, convivir con las diferentes sensibilidades que hay en España, pero eso es como jugar al póker sin hacer trampas, que al final acabas perdiendo porque todos los demás si que hacen.
La Vicepresidenta (mi idolatrada Fernández de la Vega) ha salido defendiendo la Constitución, como no podía ser de otra manera. Pero eso va a dar igual, la derecha va a encargarse de acusar a Zapatero de ser el culpable de "la deriva nacionalista" y por mucho que el PSOE defienda las normal más elementales del estado de derecho va a ser complicado que la opinión pública no caiga en la trampa de los extremistas. Los unos y los otros. Parece mentira que un partido que lleva la palabra español entre sus siglas tenga que estar reivindicando esa circunstancia cada día. Como si no hubiera demostrado de sobras esa condición a lo largo de su centenaria historia.
Ojalá y me equivoque pero esto significa que tanto los nacionalismos extremos como la derecha van a jugar al límite para lograr hasta el último voto. Los extremos se atraen. Ya lo dice la física... ¿o es la química?
No hay comentarios:
Publicar un comentario