lunes, 10 de diciembre de 2012

Los autores de la broma a Kate Middleton destrozados. Los hijos de la fallecida lo estarán aún más

No quiero que suene a "post ventajista", pero los rostros cariacontecidos de los dos periodistas responsables de la broma radiofónica que al final ha costado la vida de una enfermera de un hospital inglés, incapaz, la mujer, de poder soportar la presión de haber pasado una llamada a la habitación de la Princesa Catalina creyendo que quien llamaba era la mismísima Reina de Inglaterra, no me producen la más mínima compasión. Si tan gracioso y astuto te crees como para intentar burlar las medidas de seguridad de un hospital y "colarte" en una habitación privada aunque sea de manera radiofónica, ahora apechuga con las consecuencias. No me dan pena por muchos pucheritos que hagan, más pena me dan los dos hurérfanos que deja la enfermera que se creyó su bromita.
Los dos autores y algún que otro listillo de las ondas españolas argumentan que se trata de una actividad que se hace en todo el mundo y que lo hace todo el mundo. El sabio refranero español nos dice aquello de "mal de muchos, consuelo de tontos". Las bromas radiofónicas no me gustan en general ninguna, es algo personal, pero sólo son éticamente admitibles si participa en ella al menos un conocido del "mofado", alguien que dé la cara por aquello y que asegure que la broma caerá bien. En caso contrario son ganas de correr riesgos con la única intención de ganar oyentes.
 
He escuchado otro argumento aún más sibilino. Esta mañana alguien ha dicho que si esa mujer decidió quitarse la vida por ser la persona que se tragó la imitación de Isabel II es porque tenía algún desorden psíquico o personal, y yendo más lejos, acusaban al hospital de poner a una persona incapaz en un puesto como ese. Todo con tal de justificar las bromas. No entiendo cómo una radio como la SER puede emitir tales juicios de valoración sobre una persona a la que no han tenido acceso y emitir juicios de valor tan vastos sin tener el más mínimo dato. Osea, que para ser recepcionista o enfermera de un hospital tienes que ser capaz de distinguir la voz de la Reina de Inglaterra y si no lo eres al menos debes ser capaz de aguatar la mofa mundial. Gran reflexión.
Las radios españolas y del mundo deberían aprender la lección y dejar de hacer el ganso a menos que alguien lo quiera hacer con ellos en cuyo caso me parecerá de poca calidad y simplemente no la escucharé, hacer lo otro es o debe ser además, ilegal.

1 comentario:

Alfonso Saborido dijo...

Y de la 'bromita' de la niña del ascensor qué me dices... http://www.youtube.com/watch?v=o6ruTcQGKEw