Que soy más viejo que el hilo black lo dicen algunas señales en diversas partes de mi cuerpo. Pero también lo dicen mis referentes y mis recuerdos laborales. El concierto de AC/DC en Sevilla me ha traído a la memoria la última vez que Axl Rose visitó la ciudad. Fue en 1992 y mi menda ya curraba de periodista. Era un pipiolo, pero como era de los pocos que sabían hablar inglés me jarté de trabajar en lo que me encantaba sin haber terminado la carrera. Mejor dicho, recién comenzada prácticamente. Sí. Esta es una batallita.
Llegaron los Guns N´Roses a Sevilla y nos llamaron para hacerles una entrevista. Se alojaron en el Hotel Meliá, justo donde teníamos la productora así que no tuvimos que movernos mucho. A mi me encantaba el grupo al que había idolatrado en mi último año de instituto gracias a mis colegas Luca y Uli así estaba emocionado. Mi compi Javi Baena se puso con Slash, que llegó con una botas que le llegaban mucho más arriba de la rodilla, y yo con Axl, que vino en pantalón vaquero corto y con una camisa desabrochada. Javi flipó, yo pensé que era lo normal. Entrevistar a Guns N´Roses me parecía lo normal. Seré desgraciado.
Es muy difícil saber que lo que estás viviendo es un momento único cuando tienes 19 años. Siempre piensas que si entrevistas a Axl Rose con 19 años, con 25 tendrás delante al Presidente, o a quien te propongas. No sabía que la Expo me estaba dando la oportunidad de hacer algo único, algo que recordaría toda la vida; algo que me enseñó muchas cosas del oficio para siempre.
No recuerdo mucho de aquella entrevista. Sólo que habló poco, parecía más interesado en el trasiego de personas que habitaba en el hall del hotel, y que me dijo que esperaba que fuera por la noche al concierto. No pensaba ir, pero ante aquella frase no tuve más remedio. Salió al Benito Villamarín y cantó un primer tema. En algún momento dijo: "Cadillac Seville" era lo poco que sabía de la ciudad. Luego siguió cantando. Y a mi todo me parecía normal.