Cuando Neil Amstrong pisó la Luna dijo una frase que ya quedó para la Historia: "Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad". La frase no fue algo espontáneo. Ni Amstrong era tan locuaz, ni el momento le hubiera permitido serlo. Alguien de algún departamento de comunicación se la escribió, pero para poder decirla y que quedara para posteridad había que subirse a un cohete y plantarse en la Luna. Y eso no lo hizo el listillo "junta palabras" que tuvo la ocurrencia de la frase. El salto entre dos entre los hermanos Gasol en el All Star de la NBA me recordó al momento de Amstrong. Era un salto del comienzo de un partido, un salto más entre dos hermanos pugnando por una pelota lanzada por un árbitro. Pero en el fondo, los pies de Marc y de Pau calzaban las zapatillas de todos los que alguna vez habían jugado al baloncesto en España.
Para los que no sepan de baloncesto ni de la NBA diremos que el partido de los All Star es el conocido como "partido de las estrellas". Una vez al año, los mejores jugadores de la NBA se juntan un fin de semana en una ciudad y hacen un concurso de mates, uno de triples y un partido de exhibición, entre otros eventos. Para "El partido de la estrellas", es la gente quien vota los quintetos iniciales y este año, los hermanos Gasol han sido los más votados para jugar en sus posiciones. Como ambos son los pivots, pues son los que hacen el salto inicial. Que sean hermanos, que sean españoles, que sea en un partido en el que están los 24 mejores jugadores del mundo, es lo que lo hace especial.
Porque para que Marc y Pau pujaran por esa pelota antes hubo mucha gente que debió jugar en canastas con tableros de madera, en pistas de cemento que se encharcaban cuando llovía; muchos han tenido que jugar con balones desgastados por el uso; preguntarle a la mesa cuánto va el partido porque no hay marcador; mover las canastas y ponerlas en su sitio porque antes se juega al fútbol sala en la misma pista... Esos pioneros le dieron a este deporte el derecho a crecer tanto como crecían las nuevas generaciones donde medir 1,90 no es raro, y un chico de 2 metros no está destinado al circo.
El salto inicial fue un salto final para algunos. Aquellos que con ver esto ya pueden quedarse tranquilos. El partido de las estrellas ya no está a una distancia sideral. Dos tíos de aquí son quienes lo inician mientras el resto espera a ver hacia adonde va la pelota. Después del salto deberían haber pedido el cambio los dos. Para qué jugar más si ya habían hecho historia. Si yo estaba emocionado y me acordaba de todos mis compañeros de mis equipos, como deberían estar los padres de Mar y de Pau. Corto y cierro.