Tres hecho cercanos en el tiempo nos hacen pensar que es posible que las cosas estén cambiando. No, no me refiero a la economía, hablo de la capacidad que tiene la sociedad de influir en cuestiones políticas. Ya que la montaña no viene a Mahoma, parece que al final es o de ir a la montaña sí que tiene resultados: Los vecinos del barrio burgalés de Gamonal se levantaron contra una decisión de su alcalde con la que no estaban de acuerdo, el PSOE ha sido el primer partido en hacer primarias abiertas y ayer en Madrid la Comunidad decidía poner fin al intento de privatizar la gestión hospitalaria tras las intensas protestas del sector sanitario... y un nuevo varapalo judicial. La política hace concesiones a la sociedad civil cuando ésta es capaz de sacar los dientes.
Hace unos años me decía mi profesor Gómez y Méndez que la sociedad española tenían un claro déficit en la implicación de la sociedad civil en las decisiones políticas del día a día. Nos limitamos a ir a votar cada cuatro años y con eso hemos pensado todos que ya estaba hecho: Los elegidos se sentían con la patente para hacer lo que les diera la gana y la sociedad pensaba que había cumplido con su deber democrático acudiendo a las urnas. Pues no. La crisis, las nuevas formas de comunicarnos y estos años tan convulsos están dando como resultado una nueva sociedad a la que todos nos tendremos que adaptar.
Haría bien el PP en reconsiderar lo ocurrido con estos casos para retirar su propuesta de reforma de ley del aborto, pues me temo que aquí estamos ante otra línea roja en lo social, con gente muy activa y organizada, que no van a dejar que se apruebe algo así sin pelear muy duro.
No entremos hoy a valorar si el proyecto de Gamonal era o no beneficioso para su barrio, no lo conozco con detalle como para opinar; no es post para analizar las virtudes o desastres de la externalización de la gestión sanitaria; ni siquiera el hecho de que un partido político "ceda" su soberanía para elegir a su candidato a presidente del gobierno a la ciudadanía. Lo importante es resaltar que todas estas medidas tienen en común que han estado precedidas por un extenso debate ciudadano en el que diferentes colectivos que tienen poco que ver en muchas cosas se han puesto de acuerdo para solicitar aquello que creían merecer... Y al final han conseguido su propósito.
Es ahora el momento de reglar esas iniciativas ciudadanas, de dotarnos de un sistema de "check and balance*" entre las administraciones, los parlamentos y la sociedad civil que articule los movimientos ciudadanos y nos haga a todos más permeables ante las opiniones de los demás.
* Check and balance: es el sistema de gobierno americano por el cual unos eligen a otros, todos podemos vetar a alguien y siempre tenemos a alguien que nos puede vetar. Hablando más claro: es una especie de juego de piedra, papel y tijera, siendo la piedra el presidente, el papel la cámara de representantes y el senado; y la tijera el tribunal supremo.